PROYECTO
"El estrés y su influencia
en el rendimiento académico en los adultos tempranos de tercer año de
bachillerato paralelo “A” de la Unidad Educativa “Vicente León” en la ciudad de
Latacunga, provincia de Cotopaxi- Ecuador"
Objetivo General
Crear un producto original, innovador y creativo.
Objetivos Específicos
• Identificar los instrumentos que puedan ser utilizados para medir las variables propuestas
en el tema.
• Identificar los factores estresantes y las posibles patologías que puede adquirir los adultos
tempranos.
• Identificar los correlatos neuroanatómicos que se encuentran involucrados en el estrés.
• Conocer los factores que producen estrés a las personas que se encuentran dentro de la
edad adulta temprana.
• Recopilar información acerca del estrés laboral y su influencia en el rendimiento
académico de los adultos tempranos que laboran.
• Crear una revista lúdica para disminuir el estrés en los estudiantes que se encuentran
dentro de la edad adulta temprana.
PRODUCTO:
Revista “DESESTRESANDO
ANDO"
DESCRIPCIÓN:
ESTUDIOS PREVIOS
Josselyn Claudio & Isabel Estrella
El estrés es un estado
vivencial displacentero sostenido en el tiempo, acompañado en mayor o menor
medida de trastornos psicofisiológicos que surgen en un individuo como
consecuencia de la alteración de sus relaciones con el ambiente que impone al
sujeto demandas o exigencias que, objetiva o subjetivamente, resultan amenazantes
para él y sobre las que tiene o cree tener poco o ningún control.
Hay estrés cuando
la capacidad de adaptación del individuo
es abrumada por los hechos, el acontecimiento puede ser
insignificante considerado objetivamente, e
inclusopor los cambios favorables que requierenuna conducta adaptativa, pueden producir estrés. Para cada individuo, el estrés se
define subjetivamente y la respuesta al mismo es una
función de la personalidad y dotación fisiológica de cada
persona. (Nava, 2015)
El estrés forma parte
de la vida, debido a que tanto los jóvenes como los adultos tienen que
enfrentar situaciones difíciles y sobrellevar obstáculos que se presentan en la
vida diaria. Mientras que los adultos jóvenes luchan para establecer una carrera,
lograr la seguridad financiera, o manejar las exigencias del trabajo con las de
la familia, los mayores de edad pueden enfrentarse con la salud deteriorada o
las finanzas precarias o simplemente los desafíos de mantener su independencia.
Desafortunadamente, las defensas naturales en contra del estrés disminuyen con
el tiempo. Sin embargo, no hay que rendirse ante el estrés sólo porque uno ya
no es joven.
Sin embargo, muchas
personas de la tercera edad logran vivir felices incluso bien entradas en la
vejez. Los “viejos dichosos” tienen algo en común: mantienen sus vínculos con
los amigos y la familia, hacen ejercicio y se mantienen activos y, sobre todo,
encuentran maneras de reducir y controlar el estrés en sus vidas. El estrés
tiene dos caras principales, la física y la emocional, y ambas pueden ser
especialmente difíciles para los mayores de edad. Los impactos del estrés
físico son muy claros, cando las personas alcanzan una edad correspondiente a
la adultez, las heridas tardan más tiempo en sanarse, y los resfriados duran
más tiempo. (Ríos, 2014)
El estrés emocional es
más sutil, sin embargo, si es crónico, las consecuencias a largo plazo pueden
ser dañinas. A cualquier edad, los cerebros bajo estrés suenan la alarma y
sueltan las hormonas potencialmente dañinas como cortisol y adrenalina.
Idealmente, el cerebro baja la alarma cuando las hormonas del estrés alcanzan
un nivel muy alto.
Las hormonas del estrés
proporcionan la energía y el enfoque a corto plazo, sin embargo, demasiado
estrés durante demasiados años puede tergiversar el sistema de una persona. La
sobredosis de hormonas de estrés se ha vinculado con muchos problemas de salud,
incluyendo las enfermedades cardiacas, la presión alta y una función
inmunológica debilitada como ocurre en la actualidad en personas desde muy
jóvenes. Para los mayores de edad que ya corren alto riesgo de contraer estas
enfermedades, es muy importante saber cómo controlar el estrés, puesto que son
más propensos a que esto les afecte de gravedad. (Rodríguez, 2014)
A través de los años,
el cerebro puede perder lentamente la capacidad para regular los niveles
hormonales. Como resultado, las personas adultas que se preocupan por algo o se
ponen ansiosos tienden a producir cantidades mayores de hormonas del estrés y la
alarma no se apaga tan rápido debido a que tienen más situaciones que les
genera malestar. Según una investigación hecha en 2005 y publicada en la
revista Psychoneuroendocrinology, las mujeres, sobre todo, al envejecer son
susceptibles a sufrir un exceso en las hormonas de estrés. La investigación
reveló que el impacto de la edad sobre los niveles de cortisol es casi tres
veces más fuerte para las mujeres que para los hombres.
Por lo general, el
flujo de hormonas de estrés puede resultar especialmente difícil de sobrellevar
para los cerebros adultos, aunque por lo general se cree que con la edad
debería existir una inteligencia emocional, pero como ya fue mencionado, los
adultos tienen más preocupaciones y por tanto mayor malestar. Según una
investigación reciente proveniente de la Universidad de California en San
Francisco, el cortisol excesivo puede con los años dañar el hipocampo, la parte
del cerebro que es imprescindible para poder almacenar y recuperar la memoria.
En varias investigaciones se ha descubierto que el cortisol alto va de la mano
con la memoria deteriorada, de modo que podemos atribuir esos momentos
delatadores de vejez al estrés. Año tras año, el estrés emocional puede incluso
incrementar el riesgo de la enfermedad de Alzheimer. (Ríos, 2014)
El estrés no solamente
hace que una persona se sienta mayor. Puede realmente acelerar el proceso de
envejecimiento. El estrés puede agregar varios años a la edad de las células
individuales del sistema inmunológico. La investigación se enfocó en los
telómeros, tapas que se encuentran en el extremo de los cromosomas. Cuando se
divide una célula, los telómeros en la célula se encogen y la célula pierde un
poco de vida. Cuando el telómero se vuelve demasiado corto, el plazo de vida se
va agotando: La célula ya no puede dividirse o renovarse. Esto es un proceso
clave en el envejecimiento, y es una de las razones por las cuales los humanos
no pueden vivir para siempre. (Nava, 2015)
El ejercicio, un remedio
en contra del estrés para la gente de cualquier edad, puede ser útil sobre todo
para las personas que se encuentran dentro de la edad adulta. Las caminatas
frecuentes, montar en bicicleta, o los ejercicios aeróbicos acuáticos pueden
incluso hacer más que mantener fuerte e independiente a una persona, de hecho,
el ejercicio puede bloquear los efectos envejecedores de los niveles de
cortisol.
Es muy importante tomar
medidas preventivas frente al estrés antes de seguir avanzando con los sucesos
estresores y con la vida, de lo contrario la salud se verá mermada con uno o
varios de los siguientes padecimientos (Rodríguez, 2014) :
·
Alopecia. Se conoce de esta manera
a la caída de cabello, y también se sabe que la principal causa de que
suceda es la herencia, pero en muchos otros casos nerviosismo, estrés y
ansiedad la propician, ya que la tensión induce a que el flujo de sangre al
cuero cabelludo se vea reducido; entonces, el folículo piloso (por donde surge
el pelo) deja de recibir los nutrientes que evitan que el cabello se debilite,
crezca lentamente o caiga; a diferencia de los hombres, es menor la cantidad de
mujeres que la sufren, pero tal vez en ellas es más alarmante.
·
Bruxismo. Trastorno que se
caracteriza por apretar o rechinar los dientes durante el sueño, debido a
exagerada tensión en los músculos de la cara y cavidad bucal, lo cual ocasiona
dolor en oídos, daños en mandíbula, así como problemas en la alineación y mal
estado de la dentadura; a largo plazo puede ser causante de pérdida de piezas
dentales.
·
Insomnio. Las consecuencias de
dormir mal son deficiente circulación sanguínea, bajo rendimiento en
actividades desempeñadas a lo largo del día, mal humor y falta de
concentración, lo que puede derivar en accidentes.
·
Parálisis facial. Su origen radica
en una deficiencia del nervio facial (responsable de estimular los músculos del
rostro), ocasionada por golpes, problemas de circulación de la sangre o baja de
defensas, teniendo estos dos últimos mayor incidencia en quienes se someten a
estrés constante.
·
Trastornos alimenticios. Para
adaptarse a esa situación de estrés el organismo pone en marcha una serie de
mecanismos que modifican su comportamiento; particularmente se puede distinguir
en la conducta alimenticia, la cual puede sufrir: hiperfagia (comer
más de lo habitual para reducir la ansiedad), hipofagia (comer menos)
o anorexia (falta de apetito y distorsión de la imagen que se tiene
de uno mismo).
·
Padecimientos gástricos. En
condiciones normales, el estómago produce ácido clorhídrico para digerir los
alimentos, pero pueden incrementarse los niveles normales por efecto del
nerviosismo; los efectos: acidez, agruras, gastritis (inflamación
de la mucosa que envuelve al estómago en su
interior), úlceras (heridas o lesiones que pueden perforar las
paredes del órgano), colitis (inflamación del colon) o cáncer.
·
Demencia senil. Se llama así a la
disminución de las capacidades para desarrollar los procesos mentales, ya que
las neuronas (células nerviosas del cerebro) que controlan memoria y
pensamiento se deterioran, lo cual interrumpe el paso de mensajes a través de
ellas. Si bien se sabe que el estrés constante acelera la pérdida de
neuronas, se relaciona igualmente con depresión, al parecer por la poca
actividad neuronal; el mejor ejemplo de esta enfermedad es el mal de
Alzheimer, el cual incrementa el número de pacientes año con año.
En la actualidad, el
estrés es considerado como un proceso interactivo en los que influyen tanto los
aspectos de la situación como las características del sujeto. Cuando las
demandas superan a los recursos la tendencia será a producir una situación de
estrés en la que, para cubrir las demandas, el sujeto intentará producir más
recursos llegando el estrés en ocasiones hasta su fase final que es el agotamiento
del sujeto. Esta situación de demandas- recursos está directamente relacionada
con los factores psicosociales que inciden en el individuo, puesto que este
comienza a relacionarse e independizarse, por ello el mayor factor productor de
estrés en la edad adulta temprana es el ámbito laboral.
Estos factores
psicosociales se consideran en múltiples acepciones: como riesgos,
consecuencias, fuentes de vulnerabilidad, recursos y estrategias o
barreras para la prevención. Entonces, al considerarse estos factores
psicosociales como fuente de riesgos, producen consecuencias psicosociales que
afectan directamente al individuo.
Es así como causa
directa del estrés laboral se tienen los factores psicosociales íntimamente
relacionados por un lado con el tipo de trabajo, actividad, o profesión que el
individuo ejerza y por otro lado con el ambiente laboral que rodea al individuo
y la cantidad de recursos que se demanden a cada trabajador. Esto puede afectar
a cada trabajador de distinta forma, ya que las exigencias son dictadas para
todos independientemente de sus diferencias individuales.
Se vive en un mundo
donde las empresas se encuentran en un mercado competitivo en el cual se exigen
unos a otros para satisfacer las necesidades de los consumidores, es por ello
que al mismo tiempo las mismas empresas exigen un nivel de competitividad de
parte de sus trabajadores, lo cual conlleva a tener más presión de parte de los
patrones con la finalidad de solventar día a día las exigencias de los
consumidores.
Los trabajadores se
enfrentan día con día a múltiples presiones en el ámbito laboral y personal que
pueden llegar a afectar el nivel de rendimiento tanto en la vida cotidiana como
en el ámbito laboral lo cual afecta directamente en los objetivos de esta.
Hay que tener en cuenta
principalmente que el estrés es un conjunto de reacciones fisiológicas y
psicológicas que experimenta el organismo cuando se le somete a fuertes
demandas, este fenómeno tiene dos componentes básicos, los agentes estresantes
o estresores son aquellas circunstancias que se encuentran en el entorno que
rodea a las personas y que producen situaciones de estrés. Los estresores
pueden ser de índole individual, grupal y organizacional y la respuesta al
estrés es la reacción del individuo ante los factores que lo originan y los
tipos de respuesta que pueden brindarse frente a una situación estresante son
dos, respuestas negativa, insuficiente o exagerada en relación con la demanda
planteada, esta generalmente es causa de una desadaptación. (Campaña, 2009)
En este punto existen
diferentes tipos de reacciones en cada individuo ya que cada persona tiende a
reaccionar de diferentes maneras, mientras que a unas personas este tipo de
experiencias resultan agotadoras, difíciles o con un fortísimo efecto negativo
sobre el organismo, para otras personas estas vivencias resultan solo
ligeramente alteradores y no ocasionan daños en el sistema nervioso y en
ninguna parte del organismo.
El estrés está
catalogado como un trastorno biopsicosocial y afecta actualmente a la población
mundial. En la actualidad se encuentra inmersa en una sociedad globalizada que
cada vez exige más y demanda individuos aptos y capacitados para enfrentar y
resolver cada una de los problemas de índole laboral, social y emocional que se
le presenten. (sociales, 2012)
En este caso es donde
los individuos se enfrentan a las diferentes situaciones que se le presentan,
en la cual conlleva a una serie de cambios físicos, biológicos y hormonales, y
al mismo tiempo le permite responder adecuadamente a las demandas externas. En
cualquier momento de la vida se generan ciertas tensiones las reacciones
lógicas son eliminarlas por completo, en el cual es muy probable que lo único
que consiga es estresarse aún más, por lo que como seres humanos racionales lo
inteligente y positivo es saber controlar las tensiones para canalizarlas luego
de manera positiva.
La mayoría de las
organizaciones dependen de la mente humana para realizar sus tareas diarias con
el fin de ser más productivos los empleados están inmersos en un sin números de
presiones por parte de la misma empresa con la finalidad de seguir siempre en
el mercado siendo así el gusto de los consumidores, lo cual conlleva a sufrir
un sinnúmero de bajas o baja productividad por el estrés laboral, lo cual es de
suma importancia para las organizaciones identificarlos para poder realizar un
plan de acción en contra de estas. (Carrillo, 2015)
En la actualidad
existen muchos factores que provocan el estrés laboral, debido a la alta
competitividad que existe en el mercado es por ello que las empresas tienden a
realizar tareas con el fin de eliminar dichos casos, por ejemplo realizando
tareas fuera de lo cotidiano ya sea en otro departamento o simplemente
realizando las tareas fuera de lo cotidiano, algunas empresas las emplean este
tipo de actividades, ya que el trabajador a salir de una rutina al que está
inmerso día a día tiende a ser más productivo.
Otras empresas
implementan un área de juego donde los empleados pueden divertirse después de
la jornada laboral, así pueden distraerse después de su rutina diaria lo cual
es estimulante para el cerebro porque se olvida de los problemas que pudiesen
estar ocasionado dentro de la empresa. Esto hace que los empleados sean más
productivos en las áreas correspondientes, por lo que se olvidan de todos los
problemas que se pudiesen estar presentando estimulando la buena actitud y el
despeje de todas las actividades.
En la actualidad las
personas dedican la mayor parte del tiempo en el trabajo, en busca del tener un
mejor rendimiento en el mismo, pero se olvidan de cosas esenciales de la vida
tal como son los amigos, la convivencia familiar, la distracción del ámbito que
ocasionan dichos factores. De tal manera que este tipo de vida son muchas veces
las causantes de que una persona sea adicta al empleo lo cual al mismo tiempo
las causantes del estrés laboral.
Los agentes estresantes
pueden aparecer en cualquier campo laboral, a cualquier nivel y en cualquier
circunstancia en que se someta a un individuo a una carga a la que no puede
acomodarse rápidamente, con la que no se sienta competente o por el contrario
con la que se responsabilice demasiado.
En la mayoría de las
ocasiones el estrés laboral es ocasionado por muchas causas pero la principal
seria cuando al empleado se somete a un cambio drástico en el cual se enfrenta
a diversas situaciones que puede no controlar o le generan desconfianza al no
poder realizar su trabajo con cierta confianza como lo venía haciendo, un
ejemplo de esto puede ser un cambio de puesto en el trabajo ya sea a otra área
al que no está acostumbrado o en los cambios de puestos ya que al realizarse
estos cambios el trabajador tiende a ser inseguro es su trabajo debido a que
realiza tareas nuevas que le generan cierta inseguridad al realizarlas y al
mismo tiempo existe una presión por parte de el mismo al querer realizarlas
correctamente.
El estrés laboral tiene
una consecuencia grave para la empresa ya que si existe un alto índice de
estrés laboral ocasionan una baja considerable del rendimiento del personal, el
estrés laboral puede ocasionar: ausentismo, rotación o fluctuación del personal
y disminución del rendimiento físico.
Las empresas deben de
considerar que los trabajadores están inmersos día a día a diversas presiones
por cumplir su trabajo en tiempo y forma y al mismo tiempo efectuarlas
correctamente, lo cual conlleva a sufrir este tipo de problemas, es allí donde
se deben de poner un especial cuidado para que el rendimiento de cada
trabajador sea la adecuada y así poder alcanzar cada una de sus metas
Para poder solucionar
el grave problema del estrés laboral se deben estar involucrados tanto el
trabajador como las organizaciones, esto debido a que las dos partes podrán
unirse y detener una mejor solución hacia este problema siendo más eficaces,
mediante estrategias que ayuden a mejorar la vida laboral de los trabajadores.
El estrés es la
respuesta automática y natural de nuestro cuerpo ante las situaciones que nos
resultan amenazadoras o desafiantes. Esto se debe a que la vida y el entorno se
encuentra en constante cambio y por ende nos exigen continuas adaptaciones; por
tanto, cierta cantidad de estrés.
Generalmente la
Sociedad tiende a considera el estrés como parte del diario vivir, sin embargo,
olvidamos que el estrés se genera por circunstancias externas al individuo, es
por ello que nuestras respuestas son cognitivas, emocionales y físicas.
Villanueva (2001) afirma: “cuando la respuesta de estrés se prolonga o
intensifica en el tiempo, nuestra salud, nuestro desempeño académico o
profesional, e incluso nuestras relaciones personales o de pareja se pueden ver
afectadas.”
Existen factores que
son más estresantes, Alberto Orlandini (2012) afirma que: “los estresores son
los estímulos que provocan la respuesta biológica de las situaciones que
provocan malestar en el individuo”. Las situaciones del entorno, del diario
vivir y que forman parte de las actividades cotidianas del individuo son los
principales factores que generan malestar en el individuo, esto se debe a la
falta de raciocinio al momento de tomar decisiones para poder mejorar o cambiar
aquella situación.
La principal situación
del diario vivir que genera estrés es la situación económica, este ha sido un
problema en la Sociedad, puesto que ha generado una lucha diaria para poder
obtener una economía que se pueda considerar estable, sin embargo, en el mundo entero esto nunca va a terminar y
por tanto se tendrá que seguir viviendo con aquello, por esto surgen los
procesos que permiten adaptar al
individuo al estrés y a estas constantes situaciones que no han hecho más que
alborotar la psiquis del individuo, El individuo constantemente trata de
encontrar soluciones rápidas para mejorar su situación y terminar con esto, sin
darse cuenta que el querer actuar de forma breve no hace más que estresar aún
más al individuo.
Los principales
síntomas del estrés son los emocionales, pensamientos, conductas y cambios
físicos, entre los emocionales se encuentran ansiedad, irritabilidad, miedo,
fluctuación del ánimo o confusión. Los pensamientos abarcan excesiva
autocrítica, dificultad para concentrarse y tomar decisiones, olvidos,
preocupación por el futuro, pensamientos repetitivos, excesivo temor al
fracaso, dentro de las conductas esta la tartamudez u otras dificultades del
habla, llantos, reacciones impulsivas, risa nerviosa, trato brusco a los demás,
rechinar los dientes o apretar las mandíbulas; aumento del consumo de tabaco,
alcohol y otras drogas; mayor predisposición a accidentes; aumento o
disminución del apetito y finalmente los cambios físicos, entre ellos se
encuentran los músculos contraídos, manos frías o sudorosas, dolor de cabeza,
problemas de espalda o cuello, perturbaciones del sueño, malestar estomacal,
gripes e infecciones, fatiga, respiración agitada o palpitaciones, temblores, boca
seca (Villanueva, 2001, p.1).
Los
factores del estrés pueden clasificarse según trece criterios: momento en que
actúan, periodo en que actúan, repetición del tema traumático, la cantidad en
que se presentan, intensidad del impacto, naturaleza del agente, magnitud
social, tema traumático, realidad del estímulo, localización de la demanda,
relaciones intrapsíquicas, efectos contra la salud, la formula diátesis/estrés
(Alberto Orlandini, 2012).
Frecuentemente el
individuo está sometido a una cadena de estresores que no permiten que este
mejore su situación, aquello que estresa al individuo en el presente generará
otro factor que continúe con este estado. Sin embargo, los mayores estresantes
para el individuo son los sociales, puesto que constantemente el individuo se
encuentra con la Sociedad, rodeados de ella e incluso interactuando, de aquí
surge los factores macrosociales y microsociales, entendiendo que los
macrosociales son aquellas situaciones en las que toda la sociedad se encuentra
involucrada mientras que en los microsociales son aquellas situaciones
individuales, que afectan solamente a el individuo.
Como ya había sido
mencionado existen procesos que han permitido al individuo adaptarse a aquellas
situaciones que generan malestar, de alguna manera se podría decir que las
sociedades se acostumbran o aprenden a vivir con ello, obviamente tratando de
encontrarle una solución por más dificultoso que sea. De aquí surgen 3 fases de
suma importancia, puesto que estas nos permiten adaptarnos al estrés, entre
ellas está la fase de alarma, fase de adaptación y la fase de agotamiento.
“La fase de alarma es
la fase de alerta general, en la que aparecen cambios para contrarrestar las
demandas generadas por el agente estresante (aumento de la frecuencia cardiaca,
variaciones de la temperatura, cambios en la tensión, etc.)” (Aragón, 2010, p.
53). Esto quiere decir que el cuerpo somatiza de tal manera que cambia
situaciones en el individuo, estos cambios se producen a nivel corporal para
mejorar y soportar los cambios externos.
“En la fase de
adaptación desaparecen los síntomas, ya que el organismo se está adaptando a
los efectos del agente estresante mediante una serie de mecanismos de reacción
que permiten hacer frente al mismo” (Aragón, 2010, p.53). El individuo cambia
totalmente en esta fase, todos los síntomas que había aparecido en esta etapa
se disuelven debido a que el individuo se prepara para enfrentar aquellos
nuevos estímulos estresantes.
“En la fase de
agotamiento disminuyen las defensas, pues el agente estresante, al permanecer
en el tiempo, ha superado los mecanismos de reacción del organismo, dando lugar
a síntomas semejantes a los de la fase de alarma” (Aragón, 2010, p.53). El
individuo se pone en estado de calma debido a que el cuerpo se ha acostumbrado
a los estados de alerta en los que estaba el individuo debido a los factores
estresantes.
En
la actualidad, casi todo cuanto nos rodea (trabajo, familia, circunstancias
personales) genera grandes dosis de tensión, que producen en el individuo un
estado de inquietud y malestar, que en muchos casos desencadena graves
dolencias físicas. El estrés se inicia ante un conjunto de demandas ambientales
que recibe el individuo, a las que debe dar una respuesta adecuada poniendo en
marcha sus recursos de afrontamiento (Aragón, 2010, p. 52).
El individuo siempre
genera respuestas a los estímulos, de hecho, esta es la función esencial del
Sistema Nervioso, generar respuestas ante situaciones, unas son más inmediatas
que otras, sin embargo, se resumen las respuestas del individuo en biológicas y
psicológicas. Constantemente las respuestas que se generan a ciertos estímulos
estresores han permitido de alguna manera disminuir el nivel de estrés, es por
ello que el cuerpo se encarga de somatizar y disminuir estos estímulos.
Las
respuestas emocionales más frecuentes son: la pérdida de la energía física o
psíquica, el bajo estado de ánimo, apatía, pesimismo, temor a padecer
enfermedades, pérdida de la autoestima; las respuestas cognitivas son:
incapacidad para tomar decisiones, bloqueo mental, vulnerabilidad ante las
críticas, confusión y las respuestas comportamentales son: tartamudear o hablar
de forma atropellada, fumar y beber más de lo habitual, risa nerviosa (Aragón,
2010, p. 56).
También existen las
respuestas biológicas, aquí interviene el sistema nervioso central y periférico
y el sistema endocrino, que incrementa la secreción de hormonas, como
adrenalina y noradrenalina o cortisol. Por otro lado, hay sistemas que se
pueden ver afectados en situaciones de estrés, reduciendo su actividad, como es
el caso del sistema inmune o de la homeostasis.
Cuando el estrés va
actuando o forma parte del individuo por un tiempo prolongado genera malestar,
más incluso del que ya existe porque quita la tranquilidad y mantiene inquieto
al individuo, cuando esto sucede el estrés da lugar a patologías, obviamente
sin antes tener un registro de que su estado se ha vuelto crónico, generalmente
el estrés genera enfermedades en el individuo, desde la más simple hasta la más
compleja. Constantemente las personas que no son atendidas se retrasan su
curación y por ende empeoran su estado (Aragón, 2010).
La madurez del
individuo juega un papel fundamental al momento de resolver problemas, puesto
que una persona más madura resolverá los problemas de una manera más razonable,
constantemente con estas personas las que se centran en lo importante de la
vida, valoran cada aspecto de su entorno para poderlo considerar relevante o irrelevante,
y finalmente se debe valorar a sí mismo, en sus capacidades, actitudes, logros
y metas en relación a la confrontación de problemas (Aragón, 2010).
Las situaciones
potenciadoras de riesgo o más conocida como causas son indefinidas, puesto que
como ya se ha mencionado las mismas situaciones del diario vivir han hecho que
el individuo se encuentre rodeado constantemente de situaciones que no hacen
más que causar disturbio en la vida del individuo, sin embargo se ha podido
resumir todas estas del tal forma que se han hecho tres grupos principales de
potenciadores de riesgo: los estresantes psicosociales, estresantes
bioecológicos y finalmente los estresantes de personalidad ( ISSSTE, 2014).
Los estresantes
psicosociales son una mezcla de los comportamientos sociales, sentidos y mente,
esta relación es de suma importancia puesto que el individuo tiene que entender
con la mente y los sentidos la forma en que este mismo se comporta, es por ello
que este tipo de estresor se caracteriza por el valor que cada uno le da a los
acontecimientos de su vida, cada uno elige lo que debe incidir o no, es por
ello que se debe comprender que cada individuo es único y diferente y por tanto
no se podrá esperar que actúe igual que otro al momento de resolver un problema
(ISSSTE, 2014).
Los estresantes
bioecológicos se derivan de aquellas situaciones que se consideran normales o
anormales con respecto al cuerpo del individuo, cuando se menciona cuerpo se
refiere a todo aquello que lo abarca tantos órganos, sistemas, etc. Los
factores biológicos enfermedades o alteraciones en el individuo, dentro de esta
división se encuentran las enfermedades, sin embargo, también se encuentran los
factores ambientales, estos no son condicionamientos que se pueda elegir,
puesto que solo se presentan, son parte de la vida diaria, entre ellos se
encuentra el ruido, el estado climático, etc. (ISSSTE, 2014).
Finalmente se
encuentran los factores estresantes de personalidad, estas se originan del
propio individuo, es por ello que conlleva las ideas sobre si mismo, su
autovaloración y aquí también el individuo designa el valor que le da a las
situaciones estresantes, por lo general estos se manifiesta en comportamientos
y actitudes que se ven reflejados con otros y pueden conllevar alteraciones
psíquicas y somáticas, es por todo esto que existen personas que no se dejan
influenciar tanto por el estrés sino más bien pretender llevar una vida
equilibrada. (ISSSTE, 2014).
Esta última categoría
de los estresantes de personalidad conlleva 2 subtipos, la personalidad tipo A
y la personalidad tipo B. La personalidad tipo A se basa en un estrés negativo,
estas son más propensas a sufrir por situaciones a las que les dan más
importancia de la que deberían y la personalidad tipo B son todo lo contrario a
las del tipo A puesto que se caracterizan por ser pacientes y seguros, toman con
calma las cosas y resuelven problemas racionalmente.
Las
hormonas del estrés son perjudiciales para el cerebro, pues los niveles
elevados de cortisol pueden causar daños en el hipocampo, que desempeña un
papel decisivo en la memoria, sobre todo la que afecta al recuerdo de
actividades recientes. No obstante, en condiciones apropiadas (situaciones de
emergencia), los cambios provocados por el estrés son convenientes, pues nos
preparan de manera adecuada para responder oportunamente y poner nuestra vida a
salvo (Aragón, 2010, p. 58).
El estrés trae consigo
un sin número de consecuencias que no afectan solamente al individuo que lo
padece, sino que también perjudica a las personas que le rodean tales como la
familia, compañeros de trabajo, amigos, y a los ámbitos en que se desenvuelve,
es por ello que cuando esto se transforma en patología las personas más
afectadas son aquellas que están cercanas porque se niegan a creer que el
individuo no pudo seguir con todo aquello que lo abatía.
Dentro de este sin
número de consecuencias se encuentran las del ámbito familiar, en esta se
altera gravemente la dinámica familiar puesto que dejan de cumplir con sus
funciones dentro del hogar, también se generan malas relaciones con otros familiares
debido a la poca comprensión o falta de empatía, existiría una alteración en la
economía del hogar puesto que esto está relacionado con la dinámica familiar, y
al ser alterados se perjudicará la economía (Aragón, 2010).
En el ámbito laboral
también existirán consecuencias, tales como el descontento laboral, disminución
del rendimiento laboral, mayor riesgo de accidentes laborales, esto se debe a
la distraibilidad y poca concentración, uno de los problemas fundamentales es
el agobiar a compañeros de trabajo con temas personales, logrando que este
también se distraiga y abandone su puesto de trabajo por tanto disminuirá la
productividad de la empresa. (Aragón, 2010).
Las consecuencias en el
ámbito social son las más interesantes debido a que disminuye por complete su
actividad en la Sociedad, debido a que tiene una pérdida de interés en la
colaboración ciudadana y actos sociales, alejamiento de los amigos, compañeros,
etc., por el aislamiento personal, aumento considerable de accidentes de
tráfico debido a los cambios de comportamiento, por aumento de consumo de
alcohol, barbitúricos, etc., o bien por alteraciones en el ámbito emociona
(Aragón, 2010).
Los aspectos que surgen
en el individuo debido a las consecuencias individuales son las alteraciones
psicológicas y orgánicas, el aumento en el riesgo de accidentes laborales,
peligro de automedicación, aumento en el consumo de fármacos, como analgésicos,
hipnóticos para dormir, para paliar los síntomas derivados del estrés,
alteraciones por cambios en el comportamiento: En la alimentación, aumento del
consumo de alcohol y aumento del consumo de Tabaco (Aragón, 2010).
Existen tratamiento
para aquellas personas que tienen estrés, obviamente debido a su grado de
gravedad será intervenido, sin embargo, de ser necesario se deben aplicar farmacéuticos
para poder disminuir la tensión del paciente, sin embargo dentro del campo
psicológico se trabaja ciertas áreas con suma importancia, tales como la
corporeidad, para esto se trabajara técnicas de relajación que disminuyan el nivel
de tensión en el individuo, también se debe trabajar el área cognitiva, debido
a que se debe sustituir aquellos pensamientos negativos y mantener a la mente
ocupada en actividades que sean del gusto y agrado del paciente, también se
debe enseñar a enfrentar las situaciones que le generan malestar y finalmente
se trabaja el comportamiento, en este se debe trabajar a distribuir su tiempo
pero sobre todo a descansar y realizar actividades que salgan de la rutina y
que distraigan la mente.
No
toda situación nueva, a la que sea preciso adaptarse, es fuente de estrés.
Mientras la adaptación es una función comportamental universal toda conducta es
adaptativa, la reacción sea pasiva, sea activa ante el estrés no es universal:
por fortuna, no siempre la conducta humana ha de habérselas con el estrés y
responder a él. Se habla de estrés, cuando la estimulación es dañina,
amenazante o ambigua. Se ha concebido, pues, el estrés como estímulo, aunque
incluyendo su repercusión o impacto en el sujeto (Fierro, 1996).
La tensión puede
controlarse bien modificando directamente la activación fisiológica inicial y
su mantenimiento, o modificando los efectos que los pensamientos, situaciones o
conductas... tienen sobre ellas. En el primer caso, porque se controla
directamente la propia activación del organismo, en el segundo, porque se
reducen los agentes que instigan su aparición (Labrador, 1992).
Actualmente
el estrés es un problema social puesto que se ha involucrado la sociedad tanto
en situaciones que le generan malestar causándose a sí mismos daño que en
muchos casos es irreparable. Casi todo aquello que rodea al individuo como el
trabajo, la familia y un sin número de circunstancias más generan grandes dosis
de tensión, esto produce en el individuo un estado de inquietud y malestar, que
en muchos casos desencadena graves patologías. El estrés se produce gracias a
un conjunto de factores externos que constantemente generan malestar al
individuo, a las que este debe dar una respuesta adecuada.
Bruce
McEwen afirma: “Es una amenaza real o supuesta a la integridad fisiológica o
psicológica de un individuo que resulta en una respuesta fisiológica y/o
conductual”. Este es un estado de falta de armonía o una amenaza a la
homeostasis, esta última es la respuesta adaptativa que puede ser específica, o
generalizada y no específica, es por esto que una perturbación en la
homeostasis resulta en una cascada de respuestas fisiológicas y
comportamentales a fin de restaurar el balance homeostático ideal para que los
valores correspondientes a la normalidad del organismo se mantengan.
En
la década de 1930, Hans Selye realiza sus primeros estudios en endocrinología y
realice experimentos con ratas para determinar si factores externos generaban
malestar en los animales, dando como resultado glándulas adrenales agrandadas,
úlceras y tejidos del Sistema inmune atrofiados, esto ocurrió como respuesta no
específica a una situación displacentera. Selye formaliza el concepto en dos
ideas: El cuerpo tiene un grupo de respuestas (que él llamó síndrome general de
adaptación, lo que ahora llamamos respuesta al estrés) para afrontar al
estresor y la segunda era que si el estresor se prolonga por mucho tiempo puede
hacer que los individuos enfermen (Daneri, 2012, p.4).
A
su vez Seley planteó la respuesta al estrés en 3 etapas fundamentales: la fase
inicial o también conocida como alarma es cuando se detecta la presencia del
estresor., la segunda fase también conocida como fase de adaptación o
Resistencia esta se presenta cuando se moviliza el sistema de respuesta
volviendo al equilibrio (proceso activo mediante el cual el cuerpo responde a
los eventos cotidianos para mantener la homeostasis) y finalmente la tercera
fase o de agotamiento se presenta si el estresor se prolonga en el tiempo, se entra
en esta última fase, donde surgen las alteraciones relacionadas con el estrés
crónico (Daneri, 2012, p.4).
El
estrés genera un impacto en el cerebro como respuesta a ciertos eventos que
logran descontrolar al individuo puesto que pasa por una serie de reacciones
diseñadas para movilizarse y protegerse de posibles amenazas que generan
cambios tanto emocionales, conductuales, cognitivos y fisiológicos como ya se
mencionó. Se considera que el estrés puede ayudar a agudizar la mente y mejorar
la capacidad de recordar detalles de lo que está sucediendo, sin embargo, en
otros casos, el estrés puede producir un sin número de efectos negativos sobre
el cerebro que pueden contribuir a la enfermedad mental o a la reducción del
volumen del cerebro que de igual forma se verá afectado en el desarrollo del
mismo.
El
individuo se encuentra constantemente en situaciones de suma tensión, es por
ello que el organismo siempre se encuentra en un estado de estrés mínimo que
son generados por el trajinar diario de la vida cotidiana, sin embargo, ante
determinadas situaciones que incrementan esta tensión y por ende el malestar,
se incrementa a tal punto de producir un efecto beneficioso o negativo,
dependiendo de si la reacción del organismo es suficiente para cubrir una determinada
exigencia o ésta es mayor a lo que la persona puede realizar para poder
resolver el problema. Este nivel de equilibrio dependerá de los factores
individuales (disposición biológica y psicológica) de las distintas situaciones
y experiencias (Nogareda, 1998, p.2).
La
homeostasis es la encargada de mantener todos los valores dentro de los rangos
óptimos, de esto se encarga el sistema nervioso autónomo. Para volver al estado
de balance homeostático tenemos una respuesta al estrés, estas respuestas al
estrés se manifiestan de diferentes maneras, sin embargo, se ha clasificado en
4 dominios: la fisiología, el comportamiento, la experiencia subjetiva y la
función cognitiva como respuesta al estrés y a las situaciones que generan
malestar (Daneri, Psicología del Estrés , 2012) .
Ante
estas situaciones el cuerpo se encarga de dar respuesta fisiológica, esta
es la reacción que se produce en el organismo ante los estímulos
estresores. El organismo tiene una serie de reacciones fisiológicas que suponen
la activación de varias partes del sistema nervioso.
El
eje hipofisosuprarrenal (HSP) está compuesto por el hipotálamo, que es una
estructura nerviosa situada en la base del cerebro que actúa de enlace entre el
sistema endocrino y el sistema nervioso, la hipófisis, una glándula situada
asimismo en la base del cerebro, y las glándulas suprarrenales, que se
encuentran sobre el polo superior de cada uno de los riñones y que están
compuestas por la corteza y la médula. El sistema nervioso vegetativo (SNV) es
el conjunto de estructuras nerviosas que se encarga de regular el
funcionamiento de los órganos internos y controla algunas de sus funciones de
manera involuntaria e inconsciente. Ambos sistemas producen la liberación de
hormonas, sustancias elaboradas en las glándulas que, transportadas a través de
la sangre, excitan, inhiben o regulan la actividad de los órganos (Nogareda,
1998, p.3).
El
eje hipofisosuprarrenal se active con cualquier manifestación de agresión
física, cuando esta se activa, el hipotálamo segrega la hormona CRF (factor
liberador de corticotropina), esta hormona actúa sobre la hipófisis y provoca
la secreción de la hormona adenocorticotropa (ACTH). Esta secreción incide
sobre la corteza de las glándulas suprarrenales, dando lugar a la producción de
corticoides que pasan al torrente circulatorio y producen múltiple incidencia
orgánica (Nogareda,1998).
Los
corticoides que se liberan son los glucocorticoides, entre ellos se encuentra
el cortisol que facilita la excreción de agua y el mantenimiento de la presión
arterial; afecta a los procesos infecciosos y produce una degradación de las
proteínas intracelulares. Tiene, asimismo, una acción hiperglucemiante (aumenta
la concentración de glucosa en sangre) y se produce un aumento de calcio y de
fosfatos liberados por los riñones, y de lípidos y los andrógenos, estas son
las hormonas que estimulan el desarrollo de las características secundarias
masculinas y estimulan el aumento tanto de la fuerza como de la masa muscular
(Nogareda, 1998).
Como
ya se había mencionado el Sistema Nervioso Vegetativo mantiene la homeostasis
del organismo. La activación simpática supone la secreción de catecolaminas,
que son: La adrenalina, segregada por parte de la médula suprarrenal,
especialmente en casos de estrés psíquico y de ansiedad. Y la noradrenalina
segregada por las terminaciones nerviosas simpáticas, aumentando su
concentración principalmente en el estrés de tipo físico, en situaciones de
alto riesgo o de agresividad. Estas hormonas son las encargadas de poner el
cuerpo en estado de alerta preparándolo para luchar o huir. Son las que
permiten enlazar el fenómeno del estrés con los fenómenos psicofisiológicos de
la emoción.
Como
ya se mencionó la respuesta al estrés tiene mucho que ver con el sistema
nervioso autónomo; parte de este sistema se activa, parte se inhibe. La parte
que se activa es el sistema nervioso simpático, mientras que la otra mitad del
sistema nervioso autónomo, el sistema nervioso parasimpático, se ve inhibida.
Este sistema media las funciones vegetativas que promueven el crecimiento y el
almacenamiento se energía (Daneri, 2012, p.6).
Finalmente
se ha identificado que durante un momento de estrés el sistema nervioso
simpático activa el hipotálamo, facilitando la consolidación de la memoria. El
proceso también involucra a la amígdala, un componente del sistema límbico muy
relacionado con la percepción de las emociones. Otra manera de favorecer la
consolidación de las memorias es aumentar los niveles de glucosa en el cerebro
mediante cambios en el sistema circulatorio. Por otra parte, un leve aumento en
los glucocorticoides circulantes también favorece a la memoria, ya que actúan
en el hipocampo facilitando la potenciación a largo plazo. En el caso de un
estresor prolongado en el tiempo se produce el efecto contrario, una
interrupción en la consolidación de la memoria, es por ello que se debe
prevenir de cierta forma el estrés para que no se vean afectadas las
estructuras neurológicas.
Uno
de los fenómenos más relevantes en la actualidad sin duda es el estrés, este se
trata de un tema que engloba distintos aspectos: los agentes del estrés (acontecimientos
estresantes), los procesos involucrados en el estrés (fisiológicos, afectivos y
cognitivos) y los efectos del estrés (sintomatología asociada al estrés). Por
otro lado, son muchos los ámbitos donde el estudio del estrés ocupa un papel
central: en el mundo socio laboral, en la conducción, en la vejez, a lo largo
del ciclo vital. Estos se refieren a estímulos, agentes, circunstancias,
situaciones, factores que amenazan nuestra vida y nuestra salud física y
psíquica.
Es precisamente en los
campos donde se aplica la investigación acerca del estrés y más concretamente
acerca de los acontecimientos estresantes como generadores de estrés
concretamente acerca de los acontecimientos estresantes (LAZARUS, 1966).
Se hace una valoración
de los acontecimientos estresantes, considerando los como amenazantes,
agresivos, perturbadores, etc. Pero existen diferencias individuales en la evaluación
de los agentes estresantes. Por eso el estrés es el resultado de una relación
entre el sujeto y el entorno. Depende de las evaluaciones cognitivas sobre sí
mismo y sobre el contexto (LAZARUS, 1966).
Nosotros debido a las
variables propuestas hemos considerado la batería EAE que proporciona
parámetros de medida: presencia o ausencia
de los distintos acontecimientos estresantes, valoración personal de la
intensidad con que han afectado dichos acontecimientos y finalmente afectación
en la actualidad o en el pasado
FICHA
TECNICA
Nombre:
E.A.E (Escala de Apreciación del Estrés)
Autores:
José Luis Fernández- Seara Y Manuela Mielgo Robles.
Aplicación:
Individual y Colectiva
Ámbito
de aplicación: Adultos de 18 a 85 años
Duración:
entre 20 y 30 minutos cada escala.
Finalidad:
Se evalúa a partir de las situaciones que potencialmente generan estrés, la
incidencia y la intensidad con que afectan en la vida de cada sujeto.
Baremación:
Baremos en percentiles para la población general
Materiales:
Manual de aplicación, ejemplares, hoja de respuesta, lápiz, borrador
Descripción
general
Esta batería de escalas
sobre el estrés ha sido diseñada con el objetivo de conocer el peso de los
distintos acontecimientos en la vida de los individuos.
Cabe destacar tres
objetivos
1- Conocer
el número de acontecimientos estresantes que han estado presentes en la vida
del sujeto.
2- Apreciar
la intensidad con que cada uno vive o ha vivido esos sucesos vitales.
3- Conocer
si esos acontecimientos estresantes han dejado de afectarle o todavía le siguen
afectando.
Estructura
de la batería
La batería de pruebas
sobre el estrés consta de cuatro escalas independientes:
EAE-G:
Escala General de Estrés.
EAE-A:
Escala de acontecimientos estresantes en ancianos.
EAE-C:
Escala de estrés en la conducción.
EAE-S:
Escala de Estrés Socio Laboral.
Contenido
de las escalas
Escala
General de Estrés (EAE-G)
Esta escala tiene como
objetivo principal ver la incidencia de los distintos acontecimientos
estresantes que han tenido lugar a lo largo del ciclo vital de cada sujeto.
Va dirigida a la
población en general abarcando edades entre los 18 y los 85 años.
Como variable de
control se tienen en cuenta la edad y el sexo.
La escala consta de 53
elementos distribuidos en cuatro grandes temáticas: salud, relaciones humanas,
estilo de vida, asuntos laborales y económicos.
Escala
de Estrés Socio- Laboral (EAE-S)
Esta escala tiene como
función principal el estudio del estrés en el ámbito laboral.
Va dirigida a la
población que está trabajando por cuenta ajena comprendida entre las edades de
20 a 60 años.
La escala consta de 5
enunciados distribuidos en tres ámbitos de contexto: trabajo en sí mismo, contexto
laboral, relación del sujeto con el trabajo
Estas escalas tienen en
común el objetivo de analizar la incidencia y el peso de los distintos
acontecimientos en la vida de los sujetos. Todas ellas presentan tres
categorías de análisis:
-
Presencia (SI) o Ausencia (NO) del
acontecimiento estresante en la vida del sujeto
-
Intensidad con que se ha vivido o se
viven esos sucesos estresantes (0,1,2,3)
-
Vigencia del acontecimiento estresante:
si ha dejado de afectarle (P) o si todavía le afecta (A). en este parámetro se
hace una consideración independiente de las situaciones que todavía afectan o
que han dejado de hacerlo
Limitaciones:
1. No
apto para el diagnóstico o detección de trastornos del comportamiento ni
trastornos depresivos.
2. No
se debe aplicar a una persona que no sea capaz o, no esté dispuesta a proporcionar
información precisa.
Aplicación:
Se
le pide al examinado que responda a los reactivos del cuestionario; 53
acontecimientos (que demanden ansiedad o estrés) en escala dicotómica de SI o
NO. De dar una respuesta afirmativa es decir de haberse visto involucrado en
dicha situación marcar el grado de intensidad que ha tenido ( 0 : nada , 1: un
poco , 2: mucho, 3: muchísimo) finalmente marcar el grado en que le afecta en
el tiempo. A. si aún le afecta o P si ya le ha dejado de afectar.
Calificación:
Realizar
la sumatoria del número A y P.
Multiplicar
la cantidad de SI por el nivel de intensidad en A y en P
Se
realiza una sumatoria de los resultados del nivel de intensidad en A y en P
Se
realiza una sumatoria total de A más P
De
acuerdo con la puntuación directa obtenida, localizar el equivalente
Interpretación:
Menor
a 40: bajo
Entre
40 y 60: promedio
Mayor
a 60: alto
Mayor
a 70: Muy alto
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario