Antony Solórzano , Israel Arcos & Franklin Saltos

PROYECTO:
Niveles de ansiedad en el desempeño deportivo de los jóvenes deportistas de la escuela de Fútbol Ambato K´chis F.C de la ciudad de Ambato

Objetivo General
·         Identificar los niveles de ansiedad en el desempeño deportivo de los jóvenes deportistas de la escuela de Fútbol Ambato K´chis F.C de la ciudad de Ambato.

Objetivos Específicos
·         Psicopatología
Describir varios elementos de la psicopatología de ansiedad.
·         Neuropsicología
Localizar las bases psicológicas, Neurotransmisores que intervienen, la fisiológica de la ansiedad y las funciones cognitivas afectadas por la ansiedad.
·         Pruebas Objetivas
Describir los reactivos para medir las variables en el tema propuesto.
·         Psicología Evolutiva II
Identificar las causas que originan la ansiedad en los deportistas.
·         Teoría General de los Sistemas
Analizar el impacto de la ansiedad en las distintas dimensiones del área laboral.
·         Planeación de Proyecto Creativo

Elaborar una guía para mejorar el rendimiento deportivo en los jóvenes de la escuela de fútbol.

PRODUCTO:
Guía para mejorar el rendimiento deportivo

DESCRIPCIÓN:
Nuestra guía esta destinada para mejorar el desempeño deportivo en  los niños, previo a una
valoración por parte de un profesional o tutor a cargo, la cual será de mucha utilidad puesto 
que será de gran ayuda para conllevar una vida sana y saludable para el deportista, ya que le
permite controlar sus estados de ansiedad y activación así como utilizar otras técnicas 
psicológicas con efectividad desarrollándolas tanto en una competición como en los 
entrenamientos.

Constelación de Ideas:

Psicopatología


Neuropsicología



ESTUDIOS PREVIOS:

PSICOPATOLOGÍA
     La investigación se centra en los aspectos que influye en los deportistas, en los altos niveles de Ansiedad que muchos de ellos experimentan a lo largo de su carrera deportiva, conduciéndolos finalmente al fracaso, sin poder alcanzar los logros planificados a lo largo de su vida deportiva.
Esta situación depende de cómo un deportista tolera las circunstancias competitivas particulares que se presenten durante el desarrollo de algún evento, ya que cada deportista es diferente a otro, y debería ser tratado de esa manera para que así se sienta seguro de sí mismo.
Hace algunas décadas iniciaron las investigaciones en estos aspectos y áreas específicas de la manera de afectación del deportista. Cuba, es uno de los países pioneros en este tema, en donde, han llegado a algunas conclusiones para conocer y contrarrestar la Ansiedad de competencia en los deportistas. Se han encontrado, también, ciertos factores psicológicos que la producen, tales como: las experiencias negativas presentadas en eventos anteriores en el que haya participado, los errores en la planificación del entrenamiento, la acumulación de sensaciones de perder una competencia, presión por parte del entrenador, familiares y amigos que dificultan el manejo de la Ansiedad al 100%.
Según (Spiel Berger, 1989). El interés acerca de los niveles de la Ansiedad en la competición deportiva, ha estimulado una cantidad considerable de investigaciones de factores psicosociales entre los Psicólogos del Deporte en los últimos veinte años.
Debido a los altos niveles de ansiedad que se presentan en los deportistas durante una competencia, es que se pueden devenir en su derrumbamiento psicológico, al plantear los estudios de los factores psicológicos que la producen, específicamente en la práctica del deporte de la disciplina del deportista, con el objetivo de dar a conocer las causas principales, esta investigación es importante ya que cuando los deportistas manifiestan la Ansiedad comienzan a sentirse tensos, intranquilos, temerosos e inseguros, a pesar de los años que llevan practicando el deporte no logran afrontarlos ,los deportistas de equipo son más extrovertidos, dependientes y ansiosos que los deportistas individuales.
La ansiedad en la competición deportiva ha estimulado una cantidad considerable de investigaciones entre los Psicólogos del deporte en los últimos veinte años. (Spiel Berger, 1989).
La ansiedad caracterizada por el nerviosismo, miedos o temores, presentimientos negativos, además de diversos signos físicos tales como sudoración o aumento de la tasa cardiaca, entre otros indicadores de la activación simpática, se trata de una respuesta emocional habitualmente originada por el temor de que ocurra algo no deseado, peligroso o perjudicial para el deportista. Así pues, la ansiedad tiene un componente de pensamiento (por ejemplo, la preocupación y la aprensión) llamado ansiedad cognitiva, y un componente de ansiedad somática, que constituye el grado de activación física percibida.
La ansiedad es considerada como un factor o rasgo permanente de la personalidad. Este es el grado de ansiedad que presenta generalmente en el deportista en la mayoría de las situaciones. Es la disposición latente a comportarse de manera más o menos ansiosa bajo situaciones de stress. También es considerada como un estado temporal, aquélla evocada por circunstancias especiales, y se refiere a los sentimientos subjetivos de tensión que un individuo experimenta en determinadas circunstancias percibidas como amenazadoras, sin relación con el verdadero peligro presente que en este caso se da en la cancha.
Por tanto, en el deporte de competición, la persona con una ansiedad-rasgo elevada es generalmente más propensa a experimentar sentimientos de ansiedad-estado más elevada que la persona con nivel bajo de ansiedad-rasgo. Esta situación depende de cómo el deportista interpreta las circunstancias competitivas particulares. Su interpretación se verá influida por diversos factores tales como las experiencias anteriores, la capacidad y el entrenamiento en el manejo del stress.
Las emociones o estados de ánimo pueden ser una fuente adicional de información sobre la eficacia y confianza del deportista. En el deporte son muchas las situaciones que pueden ser percibidas como amenazantes para el deportista, aunque no necesariamente lo sean, por lo que las fuentes de ansiedad y estrés son diversas, y varían de acuerdo al deportista. (Dosil, J, 2008)
La ansiedad a la adaptación inadecuada a una situación, lo que provoca un incremento en el nivel de activación, lo que conlleva alteraciones en el funcionamiento emocional y nervioso. La ansiedad tiene así un componente cognoscitivo (preocupaciones, problemas de atención, pensamientos negativos) y un componente somático, que constituye el grado de activación física que se percibirá.
De acuerdo a Spielberger (1966) y Martens (1977) (Dosil, 2008) se puede diferenciar dos tipos de ansiedad: ansiedad de estado (cuando es la respuesta a la percepción de un estímulo o situación como amenazante, aunque objetivamente no lo suponga realmente) y ansiedad de rasgo (cuando es la respuesta a un momento determinado).
Las situaciones que resultan favorables a que se produzca, son los momentos que preceden a la competición. Martens (1982, Cruz, 2001) cree que dos son los desencadenantes: la incertidumbre que tiene el deportista en lo que refiere al resultado de la competencia y la importancia que le da el deportista a dicha competición.
Modelo de catástrofe de Hardy (1990, Dosil, J, 2008)
El rendimiento dependerá de la interacción de la ansiedad cognitiva y la somática (arousal). Por lo que propone un modelo tridimensional, la activación fisiológica se relaciona con el rendimiento según el modelo de una “U” invertida. Si el nivel de preocupación es elevado, habrá un aumento de la activación llegando a un umbral por encima del nivel óptimo y luego viene la “catástrofe” (rápido descenso del rendimiento). Por lo que es importante aparte de un nivel adecuado de activación fisiológica, poder controlar la angustia cognitiva.
Zona de funcionamiento óptimo (Hanin 1980, Dosil, J, 2008)
Esta teoría postula que existe una zona óptima de angustia de estado y otras emociones en la que los deportistas alcanzan su mejor rendimiento, fuera de esta zona el rendimiento sería inferior. La ZOF (zona de óptimo funcionamiento) es de carácter individual.
Esta teoría surge como alternativa de la hipótesis de la “U” invertida, se diferencia de esta en dos aspectos: en primer lugar el nivel óptimo de angustia de estado no siempre se produce en el punto medio, si no que varía de una persona a otra; en segundo lugar, el nivel óptimo no es un punto específico sino que se trata de una banda ancha.
Teoría multidimensional de la ansiedad de Martens (1990, Dosil, J, 2008)
Esta teoría propone que la ansiedad es multidimensional y tiene un componente somático (tensión, nerviosismo, ritmo cardiaco, etc.) y uno cognitivo (temor, preocupación, etc.)
El deportista debería de tener un nivel moderado de ansiedad somática y un bajo nivel de ansiedad cognitiva para obtener un buen rendimiento y así desempeñarse bien en la cancha. De acuerdo a esta teoría la ansiedad cognitiva y la somática tienen efectos independientes sobre el rendimiento.
El afecto y las emociones influyen en los distintos procesos cognitivos como la atención, memoria, la toma de decisiones, el procesamiento de información, etc. Los efectos que puede tener sobre los procesos cognitivos son complejos y dependen de múltiples factores, relacionados con la naturaleza e intensidad de la emoción, y de la característica de la tarea.
Características personales y de la tarea que generan ansiedad y es importante conocerlas.
Con respecto a las características de la tarea cabe destacar:
Importancia del evento: A mayor importancia mayor es el grado de ansiedad. Cuando se juega una final o una eliminatoria, el grado de ansiedad en los deportistas aumenta. También puede ser importante una jugada dentro de un partido, ya que puede decantar el resultado a favor o en contra. Ej.: tanda de penaltis.
Incertidumbre: A mayor grado de incertidumbre mayor es el nivel de ansiedad. Cuando los partidos o la competición están muy igualada, se desconoce quién va a conseguir la victoria por lo que el grado de ansiedad aumenta.
Escasez de tiempo: Afecta a aquellos deportes cuya duración está determinada. Por ejemplo: balonmano, fútbol, baloncesto, etc. Cuando queda poco tiempo para el final, empiezan las prisas, las decisiones precipitadas; en definitiva, aumenta la ansiedad.
Cambios en la rutina: Somos animales de costumbres. Desde pequeños aprendemos a realizar una serie de hábitos que si nos lo modifican nos trastoca. Para los deportistas, las rutinas son muy importantes, favorece que se vayan metiendo en competición, por lo que las variaciones en alguna de ellas les generan ansiedad.
Características personales del deportista:
Nivel de ansiedad rasgo: Se refiere a la predisposición de una persona a considerar la competición, partido y la evaluación social como más o menos amenazadora. Hay deportistas que se preocupan en exceso por qué dirán los demás de su actuación, por los resultados que se obtengan ya sea (un empate, una vitoria, una perdida) por lo que tienden a tener un grado de ansiedad más alto que otros.
Autoestima: Hace referencia a la valoración que hacemos sobre nosotros mismos. Un deportista con baja autoestima es aquel que se valora negativamente, considera que no tiene los recursos necesarios para afrontar una situación; por tanto, su grado de ansiedad aumentará.
La ansiedad deportiva se produce por la interacción entre factores propios del deportista y de la tarea. Imaginemos que somos un jugador de futbol y que nuestro porcentaje de acierto en tiros libres es del 87%. Esta tarea requiere un grado de activación bajo. Estamos en la final a cuatro de la Liga Europea, quedan segundos y el partido está igualado, nos hacen falta personal y tenemos que lanzar 2 tiros libres. Esta situación nos genera un alto grado de activación. Si además, empezamos a pensar en los tiros errados anteriormente, en las consecuencias de fallar, etc., nuestro grado de ansiedad todavía será mayor. La probabilidad de acertar los tiros en esta situación será baja sino se controla la ansiedad.
Síntomas generales de la ansiedad
A continuación se va a ver una serie de ejemplos de los principales síntomas que se pueden desencadenar provocados por una situación de estrés competitivo: (sólo se citará ejemplos de síntomas que han podido sentir los deportistas en situaciones estresantes, y no personas con ansiedad excesiva)
Tensión muscular, dolores y molestias estomacales, dificultades respiratorias, diarrea y ganas de orinar, fatiga excesiva, trepidación, leve mareo, palpitaciones y molestias estomacales.
Síntomas De Incremento En El Estado De Ansiedad
Manos frías, pegajosas, Necesidad constante de orinar Sudor abundante, Auto-habla negativa, Mirada aturdida, Aumento de tensión muscular, Incapacidad de concentrarse Cosquilleos en el estómago (nervios), Malestar general, Dolor de cabeza, Boca seca, Mareo constante, Dificultades para dormir.
Ningún deportista siente todos estos síntomas a la vez, pero en ocasiones un síntoma puede desencadenar otro. Así el hecho de que, cuando supera un síntoma, puede superar más, pues muchos síntomas son provocados por los mismos factores físicos.
Manifestaciones de la ansiedad en la competición
La ansiedad precompetitiva es un estado negativo, que ocurre durante las 24 horas anteriores a una competición. La ansiedad precompetitiva resulta de un desequilibrio entre las capacidades percibidas y las demandas del ambiente deportivo. Cuando las demandas percibidas están equilibradas con las capacidades percibidas, se experimenta un estado óptimo de (alerta/vigilancia). La ansiedad precompetitiva resulta cuando la destreza y la habilidad del deportista no son percibidas como equivalentes a las del contrincante.
Hay cinco factores que intervienen en la ansiedad precompetitiva:
SINTOMAS FISICOS: molestias digestivas temblores, etc.
SENTIMIENTOS DE INCAPACIDAD: sensación de no estar preparado, de que algo está mal.
MIEDO AL FRACASO: a ser vencido, a retrasarse, a no cumplir con las expectativas.
AUSENCIA DE CONTROL: sentirse gafe, mala suerte.
CULPABILIDAD: dañar al oponente, jugar sucio, hacer trampas, etc.
Con respecto a los factores personales-situacionales, existen algunas situaciones características que contribuyen a convertir un estímulo en una situación de ansiedad; entre ellas se citan: los cambios en la situación habitual, información insuficiente o errónea, sobrecarga en los canales de procesamiento, importancia del evento, inminencia del estímulo, falta de habilidad para controlar la situación, autoestima, etc.
Con respecto a la percepción del rival, este apartado se podría relacionar con la ansiedad precompetitiva. Cuando un deportista sabe con el rival que va a competir, desde ese momento empieza su preocupación si sabe que es superior a él. No está relajado con lo que tendrá muchas preocupaciones que harán disminuir su rendimiento notablemente.
Con respecto al público, la influencia de la presencia de otras personas puede influir sobre el rendimiento del sujeto. Los primeros trabajos datan de 1898 y fueron realizados por un psicólogo norteamericano llamado Triplett. Constituyen además la primera investigación de psicología social experimental en primer lugar se llamó de la "facilitación social" porque los investigadores pensaban que la comparecencia favorecía el rendimiento. Tripplet había demostrado efectivamente que un niño realizaba mejores rendimientos en presencia de espectadores pasivos que solo. La teoría desea que la presencia de otras personas eleve el número de respuestas dominantes. Esto tiene como consecuencia el hecho de que un sujeto obtiene mejores resultados si la tarea está bien dominada, o sea las respuestas dominantes son buenas respuestas, y menos buenos resultados si la tarea está mal controlada, o sea las respuestas dominantes son malas respuestas.
En el ámbito deportivo los espectadores no son pasivos. El equipo que juega en el exterior experimenta una fuerte presión por parte del público. El estrés experimentado por los jugadores será así elevado. Para paliar esta presión, se puso a punto una técnica hace ya más de veinte años: se trata de un entrenamiento modelado que consiste en reproducir durante el entrenamiento las condiciones del futuro partido, en realizar un modelo. Así para los jugadores esa situación de estrés que producía un estado de ansiedad poco a poco se podría ir venciendo hasta acostumbrarse hasta el punto de no percibir la situación como estresante.
Desarrollo del estado de ansiedad
Simplemente porque el cuerpo de un deportista ha ido aprendiendo a estar ansioso, quizás durante años. Es un acto inconsciente de ello. El cuerpo realiza muchas acciones inconscientes y la liberación de adrenalina es una de ella. No hay modo alguno de que cuando se acerca puedas controlar la sudoración, o detener las molestias en el estómago. Y sólo hay una razón: la liberación de adrenalina es natural. Su producción es fisiológica, normal, una respuesta natural e inmediata ante una situación de estrés. En las cantidades correctas es vital, pero en exceso es destructiva.
El fútbol en nuestro país es el deporte más popular y que mueve una cantidad inimaginable de seguidores, por este motivo se vive en algunas esferas de nuestra sociedad con gran intensidad generando fenómenos de estrés y ansiedad en nuestros jugadores locales. Estos fenómenos llevan a algunos de estos jugadores a tener un rendimiento poco deseado para sus entrenadores y seguidores e incluso por ellos mismos. Por lo citado en el anterior trabajo se puede decir que la psicología deportiva en nuestro país todavía tiene mucho camino por recorrer al parecer el profesional en psicología no es visto aun con buenos ojos por los entrenadores, dirigentes e incluso por los mismos jugadores que creen que su trabajo solo es de entrenamiento físico que nada tiene que ver con el entrenamiento psicológico que en definitiva los puede ayudar en muchos problemas que se presenta dentro y fuera del campo de juego.
El estado de ansiedad puede ser desencadenado por algún suceso que origine estrés en el competidor.
Las sensaciones de ansiedad son producidas por la adrenalina. La adrenalina es una sustancia natural. La reacción de la adrenalina es aprendida; por consiguiente, se puede enseñar a nuestros cuerpos a producir menos adrenalina, la ansiedad tiene un lado mental y otro lado físico; y ésta, establece un círculo vicioso.
El estado de ansiedad produce síntomas físicos y entender cómo se producen esos síntomas te hacen superarlo con más facilidad. Casi todos los síntomas son producidos por tener demasiada adrenalina en el torrente sanguíneo, la tensión muscular es a menudo la razón física por la que te sientes mal, para aumentar la suficiencia es necesario que los/as deportistas conozcan sus dificultades y se tracen metas para superarlas, cuando esto suceda se sentirán seguros/as de sí mismos/as, autosuficientes pero con una base sólida que es la auto superación. También el conocimiento de los resultados de los diferentes test pedagógicos los hace fuertes o les pone tareas.



     Para comenzar este ensayo vamos a tener en cuenta que es la ansiedad y su afectación en los deportistas, ya que sabemos que la ansiedad es un factor con el cual todos podemos estar expuestos en esta vida, no solo en el ámbito deportivo sino en cualquier circunstancia de la vida por eso con una pequeña introducción comenzaremos.
La ansiedad es un sistema de mecanismo de defensa por el cual su función es mantener alerta al organismo de cualquier peligro o amenaza.
La ansiedad, pues, nos empuja a tomar las medidas convenientes (huir, atacar, neutralizar, afrontar, adaptarse, etc.), según el caso y la naturaleza del riesgo o del peligro.
“En esta sección se describen los siguientes trastornos de ansiedad: trastornos de angustia sin agorafobia, trastorno de angustia con agorafobia, agorafobia sin historia de trastorno de angustia, fobia específica, fobia social, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno por estrés postraumático, trastorno por estrés agudo, trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de ansiedad debido a enfermedad médica, trastorno de ansiedad inducido por sustancias y trastorno de ansiedad no especificado. En el contexto de todos estos trastornos pueden aparecer crisis de angustia y agorafobia, de ahí que los criterios para el diagnóstico de estas dos entidades se expongan por separado al principio de esta sección”. (DSM IV)
Dicho esto la ansiedad en muchas ocasiones en vez de ayudarnos nos perjudican en la salud, al auspiciar una crisis de ansiedad pueden apareces una crisis de pánico por el cual nos puede dejar paralizado y hasta provocarnos una muerte en el siento que se encuentra la persona que lo padece.
Según la clasificación internacional de trastornos mentales DSM-IV los criterios para diagnosticar un ataque de pánico (o crisis de ansiedad) serían los siguientes:
Aparición temporal y aislada de miedo o malestar intensos, acompañada de cuatro (o más) de los siguientes 13 síntomas, que se inician bruscamente y alcanzan su máxima expresión en los primeros 10 minutos.
Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardiaca.
Sudoración.
Temblores o sacudidas.
Sensación de ahogo o falta de aliento.
Sensación de atragantarse.
Opresión o malestar torácico.
Náuseas o molestias abdominales.
Inestabilidad, mareo o desmayo.
Desrealización o despersonalización.
Miedo a perder el control o volverse loco.
Miedo a morir.
Parestesias.
Escalofríos o sofocos
En nuestro tema de investigación debemos tener en cuenta a los deportistas que sufren un estado de ansiedad antes durante y después de una participación en la cual por padecer este estado ansioso puede perjudicarle en su competencia por la cual su rendimiento deportivo
Puede caer considerablemente y fallar en el objetivo que se planteó.
En algunas ocasiones la ansiedad deportiva está acompañada de varios aspectos tanto externas como internas las cuales mencionaremos en el trayecto del nuestro ensayo.
Según Lander y Broutcher (1986), el grado de activación y la capacidad de respuesta o rendimiento de una persona se relacionan en forma de “U” invertida. A niveles bajos de activación, el rendimiento es bajo. A medida que aumenta la activación del deportista, lo hace también el rendimiento, hasta llegar a un punto óptimo de nivel máximo de ejecución. Si se sigue incrementando el nivel de activación, el rendimiento disminuirá.
La ansiedad en los deportistas de elite es uno de los temas más estudiados para la psicología del Deporte, lo cual se debe a que los deportistas de elite tienen un gran impacto que los estados emocionales no positivos tienen sobre el rendimiento, en el que gran parte de los fracasos deportivos se experimentan por problemas obtenidos del manejo de la ansiedad. Es primordial saber que la ansiedad tiene los siguientes componentes; uno de ellos va ser llamado ansiedad cognitiva que sería la preocupación y otro componente somático, relacionado con el grado de activación física.
Debemos tener en cuenta que la ansiedad puede considerarse como un rasgo permanente de la personalidad que presenta un individuo de forma general en todas las situaciones o como un estado temporal, provocada por circunstancias especiales. Indudablemente, ambas están relacionadas, y la persona con una ansiedad-de rasgos más elevada estará más predispuesta a experimentar sentimientos de ansiedad-estado. Los principales síntomas que puede tener un deportista en una situación de estrés competitivo son:
Tensión muscular.
Dolores y molestias estomacales.
Dificultades respiratorias.
Diarrea y ganas de orinar.
Fatiga excesiva.
Leve mareo.
Palpitaciones.
Ante una situación de estrés competitivo, nuestro organismo libera adrenalina y comenzamos a sentirnos mal con los primeros síntomas de la ansiedad, al notarlos, empezamos a tener un temor a esos síntomas que sabemos nos perjudican e incluso paralizan, ese temor hace que los síntomas empeoren aún más, y finalmente, aprendemos a asociar esos síntomas negativos con una situación de estrés competitivo particular, por lo que cuando nos enfrentemos a esa situación, el perjudicial proceso volverá a ponerse en marcha. Un concepto muy importante en el estudio de la ansiedad aplicada al deporte, es la llamada ansiedad precompetitiva, la cual suele ocurrir en las 24 horas previas a una competición. Suele ser el resultado de un desequilibrio entre las capacidades percibidas y las demandadas del ambiente deportivo; si éstas estuvieran equilibradas hablaríamos de un estado óptimo de alerta/vigilancia, y no de ansiedad. No obstante, existen determinados factores que pueden contribuir al aumento o disminución de esta ansiedad precompetitiva: cambios en la situación habitual, importancia del evento, información errónea, conocimiento del rival, etc. Por último, un factor muy importante a tener en cuenta, es que todo deportista compite con la presencia de público. Según los estudios actuales, las consecuencias de este factor es que el deportista obtendrá mejores resultados siempre y cuando domine la tarea, pero si la tarea está mal dominada, la presencia de público influirá negativamente.
Además, no debemos olvidar que en las competiciones deportivas los espectadores no son pasivos, sino todo lo contrario, juegan un papel muy activo y pueden ejercer una fuerte presión e influir en el aumento del estrés de los deportistas que compiten “fuera de casa”.
La ansiedad entre los deportistas de alto nivel es un problema frecuente
Iván Campo está ayudando a muchos atletas sin saberlo. El cuadro de ansiedad que sufre el defensa madridista ha servido para sacar a la luz un problema muy frecuente en el deporte: la dificultad para controlar el exceso de presión en los momentos de gran nerviosismo. No es extraño que, debido al agobio de la temporada, el equilibrio mental y la concentración se resientan. En la mayoría de los casos, esta tensión excesiva influye negativamente en el rendimiento, pero hasta ahora no era habitual solicitar ayuda para su tratamiento.
Hace dos semanas se dio a conocer que la ausencia de Iván Campo en la alineación del Real Madrid contra el Athletic de Bilbao se debía a un cuadro de ansiedad. El jugador padece este problema desde hace varias semanas, al parecer como consecuencia de las críticas de un sector de la afición del Real Madrid.
Antecedentes
Existen otros casos parecidos a los del jugador blanco. El corredor Fernando Mamede, uno de los grandes especialistas de los 10.000 metros, sufría una incapacidad crónica para ganar en los grandes campeonatos. A pesar de ostentar el récord mundial, el portugués fracasó siempre en los Juegos Olímpicos y en los Campeonatos Mundiales y Europeos. Al parecer, su problema era la ansiedad que sufría cuando participaba en pruebas del más alto nivel.
Lo cierto es que este trastorno afecta de forma especial al deportista de elite. Se requiere un equilibrio mental fuera de lo corriente para controlar la tensión nerviosa en los instantes previos a una competición importante. Paradójicamente, los expertos afirman que la ausencia total de tensión nerviosa también puede ser negativa y que lo ideal es experimentar un cierto nivel de nerviosismo controlado.
Dos casos
Desde el punto de vista de la psicología, existen dos situaciones que sí adquieren ya un nivel patológico: la hiperventilación y el llamado ataque de pánico. La hiperventilación aparece cuando la frecuencia respiratoria es superior a la normal en un organismo en reposo. Como consecuencia, se produce alcalosis (aumento del pH de la sangre). A veces, el deportista experimenta síntomas adicionales como visión borrosa, mareos, temblores o rigidez muscular. El tratamiento consiste en respirar con la cabeza metida en una bolsa de papel para aumentar la presión de CO2.
El ataque de pánico tampoco es extraño. A menudo se escuchan historias de atletas que tuvieron que ser materialmente empujados hacia la pista en una final olímpica porque sufrían bloqueo nervioso y se negaban a competir. Muchos casos son, en realidad, reacciones exacerbadas de inferioridad que conducen al miedo al fracaso. Los ataques de pánico en deportistas suelen desarrollarse con rapidez y su sintomatología aparece en menos de 10 minutos. Sudoración profusa, palpitaciones y dolor en el pecho son algunos de los síntomas más frecuentes. El insomnio suele avisar de un posible cuadro de ansiedad. A corto plazo, el tratamiento se basa en técnicas de relajación. Si perduran los síntomas se recurre a la psicoterapia y a la medicación ansiolítica.
Otra cara
También existe el extremo opuesto. Fermín Cacho es quizá el deportista español que mejor ha sabido controlar la tensión en los grandes retos deportivos. Un ejemplo ilustrativo es lo que le sucedió horas antes de proclamarse campeón olímpico en los Juegos de Barcelona 92. El mismo día de la final de los 1.500 metros el atleta soriano decidió echarse a descansar después de la comida.
No se trataba en realidad de dormir la siesta, porque la situación hace casi imposible que un atleta pueda conciliar el sueño antes de la competición más importante de su vida. Una hora más tarde, alarmados por el retraso, los técnicos de la selección española subieron a avisarle. Cacho estaba profundamente dormido.
El estrés y ansiedad en los deportistas profesionales
Durante nuestra vida siempre nos podemos encontrar momentos en los que hemos sufrido periodos de estrés, ya sea por situaciones personales, laborales o por llevar un ritmo de vida muy acelerado y en continua tensión. El estrés es una situación que pueden sufrir todas las personas y que no sólo afecta negativamente a la salud, sino también al rendimiento deportivo y, en este aspecto en concreto, a los deportistas profesionales.
No es de extrañar ver como un jugador profesional tiene un gran bajón de rendimiento durante tramos de la temporada o que en sus primeros partidos se le vea acelerado o nervioso si no le salen las cosas como desea. Todo esto puede provocar la aparición del estrés o ansiedad, un estado que no sólo tiene como consecuencia que nuestro cerebro sea menos eficaz y con una menor respuesta antes determinadas situaciones, sino que también reduce el rendimiento deportivo y puede provocar la aparición de lesiones musculares.
La presión y la carga emocional a la que se enfrentan los deportistas profesionales es constante y, en muchos casos, excesiva. Además la mayoría de estos jugadores son jóvenes, sin la experiencia necesaria ni los mecanismos para aguantar todas las cargas que conlleva el deporte de alto nivel.
Es fácil ver muchos ejemplos de estos casos, como el Kiko Femenia durante un partido con el Hércules en primera división, en la que tras entrar al campo y fallar sus primeros contactos con el balón sufrió un ataque de ansiedad, perdiendo la concentración y sufriendo un bloqueo. Otro ejemplo lo podemos ver en el jugador del Real Madrid Gareth Bale, que tras su interminable fichaje por el club blanco, se lesionó durante el calentamiento previo al partido que significa su debut. Una lesión que puedo producirse en gran parte debido al estrés y la tensión a la que se vio sometido el futbolista.
Cada vez es más común en los equipos importantes ver la figura del psicólogo deportivo, el cual está destinado a trabajar la mente de los jugadores para poder enfrentarse a todo tipo de situaciones. El trabajo del psicólogo siempre debe ir acompañado por un entrenador que se convierta en el líder del equipo y tenga conocimiento para manejar todas las situaciones.
Nosotros os queremos dar una serie de consejos para mejorar el trabajo mental de los jugadores:
Jugar con menos presión. No hace falta que en los entrenamientos o desde el minuto 1 de cada partido ya quieres demostrar lo que vales. Los partidos duran mucho tiempo y siempre llegará tu momento.
Ser positivo y animarse a uno mismo y al resto del equipo.
No pensar tanto en el resultado obtenido, sino en el rendimiento. No siempre se puede ganar.
Prestar atención a lo que pasa en el campo, en los consejos del entrenador y compañeros, a las jugadas, etc. Todo lo demás no es importante.
Pensar que el fracaso como deportista no tiene nada que ver con el fracaso como persona.
Hay que ser realista. Los partidos no se ganan antes de empezar, sino que se consigue con esfuerzo y trabajo
Los resultados antes mencionado, denotan que es moderada de acuerdo con Spielberger (1984) la ansiedad como condición transitoria que se caracteriza por sentimientos subjetivos de tensión, aprensión, inquietud y preocupación, así como una hiperactividad de sistema nervioso autónomo; puede variar en intensidad y fluctuar en el tiempo; así como la condición moderada de ansiedad relativamente estable en relación a la tendencia a percibir las situaciones como amenazadoras y a elevar consecuentemente su ansiedad estado.
Dichos resultados se calificarían como la evidencia de ansiedad en niveles adaptativos, ratificando los planteamientos de Beck (2000) quien afirma que la ansiedad en niveles aceptables es de utilidad en cuanto contribuye con el individuo a prepararlo para la acción.
Se evidencia que el nivel de ansiedad se ubicó en moderado tanto en el caso de la ansiedad estado en los atletas adolescentes (47.67 ± 5.222), como en la ansiedad rasgo (46.27 ± 5.759). Analizando a los atletas adultos jóvenes, se evidenció que en ansiedad estado (48.07 ± 4.323) y ansiedad rasgo (45.00 ± 4.151), los valores obtenidos se ubican en el nivel moderado.
Por tanto, se muestra que ambos grupos denotan un nivel medio de ansiedad tanto estado como rasgo, implicando que es moderado de acuerdo con Kaplan y Sadock (2000) el estado emocional desagradable en el que existen sensaciones de peligro amenazador, caracterizado por malestar, tensión o aprehensión.
Se evidencia que el nivel de ansiedad se ubicó en moderado tanto en el caso de la ansiedad estado en los atletas femeninos (46.00 ± 6.000), como en la ansiedad rasgo (47.50 ± 6.260). Analizando a los atletas de sexo masculino, se evidenció que en ansiedad estado (48.63 ± 4.156) y ansiedad rasgo (45.10 ± 4.686), los valores obtenidos se ubican en el nivel moderado.
Por ende, se evidencia que el nivel de ansiedad en los distintos grupos femenino y masculino, mantiene niveles moderados; pudiéndose interpretar desde la perspectiva de Stern (1998), quien explica que es una emoción que surge cuando la persona se siente en peligro, sea real o no la amenaza; siendo una respuesta normal y adaptativa ante amenazas reales o imaginarias más o menos difusas que prepara al organismo para reaccionar ante una situación de peligro.



Para finalizar el tema que hemos tratado a lo largo de todo el blog, queremos acabar con unas conclusiones que hemos extraído a partir de la información buscada sobre la autoconfianza.
En los deportes, es uno de los contextos de la vida donde es esencial tener confianza en uno mismo para poder extraer los mejores resultados.
Por ello, debería tener más importancia el entrenamiento psicológico de los deportistas, porque muchas veces los entrenadores sólo se centran en las mejoras físicas y machacan al atleta con duros entrenamientos, cuando realmente puede que dedicándole un tiempo a mejorar sus percepciones psicológicas, obtenga mejoras sustanciales debido a la eliminación de barreras.
La relación con el rendimiento es clara, pero ¿Cuanta confianza necesitamos para obtener mejoras? Como ya hemos destacado, lo que hay que buscar es la autoconfianza óptima, evitando excesos y faltas. Así, el rendimiento mejorará conforme lo hace la confianza hasta llegar al punto óptimo, es entonces cuando al aumento de confianza le sigue una disminución del rendimiento.
Tanto la falta de confianza como el exceso de esta es perjudicial para el deportista. Es recomendable buscar una autoconfianza optima ya que ayuda a estar tan convencido de poder cumplir con las metas propias que uno se esfuerza duramente para conseguirlas.
Respecto a la falsa confianza, un deportista tiene que saber separar sus valores personales de los deportivos y hay que evitar el autoengaño que se consigue con esta falsa confianza, porque sólo lo hacen aquellos deportistas que estás preocupados por lo que piensan los demás y quieren mostrar algo que realmente no son.
La autoconfianza puede entrenarse siguiendo unas pautas como: confiando en técnicos y entrenadores, visualizar, planificar actuaciones, estableciendo rutinas previas, fomentar clima social...
Algunos deportes son especialmente psicológicos, por lo tanto, tener autoconfianza será un requerimiento básico. Entre ellos hemos querido destacar el golf, el tenis, la gimnasia y el triatlón.
Al ver algunas historias reales nos damos cuenta lo importante que puede llegar a ser la autoconfianza y la motivación si quieres conseguir lo que deseas.
También queremos destacar cómo afectan las expectativas en la actuación.  Esperar ganar o esperar perder puede afectar mucho la propia actuación frente a una competición. No nos referimos sólo a las expectativas del deportista, sino que las de los entrenadores, familiares y amigos de su entorno también pueden influir.
El estado de ansiedad puede ser desencadenado por algún suceso que origine estrés en el competidor. A menudo se siente ansiedad ante situaciones de estrés.
Las sensaciones de ansiedad son producidas por la adrenalina. La adrenalina es una sustancia natural. La reacción de la adrenalina es aprendida; por consiguiente, se puede enseñar a nuestros cuerpos a producir menos adrenalina
La ansiedad tiene un lado mental y otro lado físico; y ésta, establece un círculo vicioso.
El estado de ansiedad produce síntomas físicos y entender cómo se producen esos síntomas te hacen superarlo con más facilidad. Casi todos los síntomas son producidos por tener demasiada adrenalina en el torrente sanguíneo.
La tensión muscular es a menudo la razón física por la que te sientes mal.
Las conclusiones del estudio sintetizan los hallazgos obtenidos al determinar la relación entre crecimiento personal y ansiedad en atletas de alto rendimiento del Estado Zulia.
Se describió el nivel de ansiedad Rasgo y Estado en los atletas de alto rendimiento del Estado Zulia, concluyéndose en ambos casos que fue moderada tanto la ansiedad como condición transitoria así como la ansiedad relativamente estable en relación a la tendencia a percibir las situaciones como amenazadoras; denotando que la misma se encuentra en niveles adaptativos o aceptables que son de utilidad en cuanto contribuye con el individuo a prepararlo para la acción.
Como segundo objetivo, se procedió a determinar el nivel de ansiedad en atletas de alto rendimiento del Estado Zulia; considerando la edad y el género; encontrándose que fue baja la relación entre ambas variables tanto a nivel general, como considerando la edad adolescentes y adulta; así como el género de los atletas de alto rendimiento, por lo cual se concluye que es mínima parte de la varianza de la variable crecimiento personal para ser tomada en cuenta a fin de explicar el comportamiento de la ansiedad estado y rasgo.


INTRODUCCIÓN
     La ansiedad es una emoción que nos pone en alerta todos los seres humanos, nos activa tanto, a nivel cognitivo, fisiológico y conductual, ante la posibilidad de que en una determinada situación obtengamos un resultado negativo o no deseado . La valoración cognitiva de dicha situación como una amenaza dispara una serie de anticipaciones subjetivas, respuestas fisiológicas y conductuales que interactúan entre sí y llevan al individuo a un estado de inquietud y no poder realizar de una manera adecuada sus actividades, que no cesa mientras siga procesando la información amenazante. Este estado emocional de ansiedad se caracteriza generalmente por una experiencia subjetiva en la que la valencia es negativa o desagradable, la autopercepción de intensidad de la activación fisiológica es alta y la sensación de control tiende a estar amenazada   
Según (Merino- Soto, Manrique-Borjas, Angulo-Ramos y Isla- Chávez, 2014) mención que el individuo se encuentra en una situación estresante o procesa la información de una manera sesgada, normalmente surgirá el estado de ansiedad, que suele poner en disposición al individuo para afrontar activamente la situación, si bien algunos individuos desarrollan un afrontamiento represivo que no valoran la situación como amenazante, que sin embargo no les sirve para frenar una alta activación fisiológica.
Aunque la ansiedad es una respuesta emocional cotidiana y nos ayuda a adaptarnos mejor, al ponernos en alerta, sin embargo muchas personas sufren excesivos niveles de síntomas que les pueden producir malestar clínicamente significativo, alteraciones o desórdenes de tipo psicofisiológico o psicosomático alterando, así las conductas desadaptadas y generando problemas a nivel físicos, fisiológico y conductuales, como por ejemplo fumar, desarreglos con la comida o abuso de tranquilizantes.
Al final, los estados de ansiedad intensos y crónicos pueden ir asociándose con problemas para la salud física y mental, o alteraciones del rendimiento. Estos cambios descritos en este proceso tardan un tiempo en producirse, pero se dan con bastante frecuencia; así, por ejemplo, los trastornos de ansiedad son el tipo de desorden mental más frecuente y el riesgo de padecer algún trastorno de ansiedad a lo largo de la vida.



DESARROLLO
El término ansiedad proviene del griego anshein que significa oprimir, sofocar y puede causar cambios en el cuerpo, tales como aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria (Carvalho CC, Chaves 2014)
Los trastornos de ansiedad se encuentran entre los problemas psiquiátricos más frecuentes en la población, considerando que los síntomas ansiosos son los más comunes, los cuales pueden ser encontrados en cualquier persona durante determinados periodos de su vida. Considerando que esta ansiedad puede ser patológica cuando no es proporcional a la situación que la desencadena o cuando no existe un motivo específico para su aparición, o aun cuando es una respuesta inadecuada frente a una determinada amenaza, debido a su intensidad o duración. Por un lado la gravidez, de la ansiedad representa periodos sensibles durante la vida de las personas. Estos periodos provocan grandes transformaciones, no solo desde el punto de vista fisiológico, sino también desde el punto de vista psíquico o del rol socio-familiar. Además de estas alteraciones, cambios físicos se dan durante la gravidez pudiendo provocar inestabilidad emocional.
Por otro lado, cuando se dan desórdenes psico-patológicos, estos pueden causar efectos dañinos causando así desordenes cognitivos. Debido al impacto en la vida y en el desarrollo de las personas entre los síntomas psicológicos se destacan la ansiedad y la depresión. (Gorenstein C, Andrade L. 2014)
La ansiedad trae cambios neurofisiológicos y psicopatológicos, que afectan la presión arterial, causando taquicardia en las personas que presenten signos ansiosos, modificando la frecuencia del pulso y la frecuencia respiratoria. Por lo tanto, los individuos ansiosos tienen aumento de las expectativas y pueden tener cambios en sus signos vitales como en la presión arterial, lo que requiere que los profesionales los supervisen con más rigor. Además de la monitorización, las intervenciones con el fin de reducir la ansiedad pueden y deben ser aplicados de una manera adecuada para que estos se reduzcan y la persona se vaya estabilizando. (Cano-Vindel, 2014).
En este sentido podemos considerar a la ansiedad como una defensa organizada frente a estímulos que rompen el equilibrio fisiológico y psicológico. La ansiedad necesariamente positiva se entronca con lo cotidiano y entra de lleno en el campo de la motivación que nos hace alcanzar metas. La ansiedad normal y proporcionada, así como sus manifestaciones, no puede ni deben eliminarse, dado que se trata de un mecanismo funcional y adaptativo.
Se trata de saber convivir con la ansiedad, sin perder la operatividad. Ahora bien, la ansiedad neurótica es ya otra cosa y tiene otro significado que hay que situar en la órbita de las enfermedades psíquicas que provoca respuestas de evitación e inhibición, que mantiene un estado de alerta prolongado sin justificación alguna. Es entonces cuando lo malo se ve peor a la ansiedad negativa ya que se caracteriza pos sentimientos de malestar, preocupación, hipervigilancia, tensión, temor, inseguridad, sensación de pérdida de control, percepción de fuertes cambios fisiológicos.
Estos cambios fisiológicos son consecuencia de la activación del sistema nervioso, del sistema endocrino y del sistema inmunológico. Por lo general sólo percibimos algunos de los desórdenes persistentes que provoca esta activación des adaptativa. La persistencia de estos cambios puede acarrear una serie de desórdenes psicofisiológicos transitorios, como dolores de cabeza, insomnio, disfunción eréctil, anorgasmia femenina, contracturas musculares, disfunciones gástricas, etc. (Kessler et al., 2014).
A nivel de nuestro sistema motor la ansiedad se manifiesta con inquietud motora, hiperactividad, movimientos repetitivos, dificultades de comunicación a veces tartamudez al momento de hablar en público, consumo de sustancias en excesos como puede ser comida, bebida, tabaco u otras drogas; también hay presencia de  llanto, tensión en la expresión facial y muscular, etc.
Cuando la ansiedad se convierte en un problema de salud a nivel física la produce  taquicardia, palpitaciones, opresión en el pecho, falta de aire, temblores, sudoración, molestias digestivas, náuseas, vómitos, nudo en el estómago, alteraciones de la alimentación, tensión y rigidez muscular, cansancio, hormigueo, sensación de mareo e inestabilidad. Las alteraciones más graves cursan con insomnio, trastornos de la alimentación y disfunciones sexuales.
A nivel Psicológico produce inquietud, agobio, sensación de amenaza y peligro, inseguridad, sensación de vacío, temor a perder el control, recelos, sospechas, incertidumbre, dificultad para tomar decisiones En distintos casos extremos, temor a la muerte, a la locura, provocando hasta el suicidio.


Produce también cambios en la Conducta provocando estado de alerta e hipervigilancia, bloqueos, torpeza o dificultad para actuar, impulsividad, inquietud motora, dificultad para estarse quieto y en reposo. Estos síntomas vienen acompañados de cambios en la expresividad corporal y el lenguaje corporal: posturas cerradas, rigidez, movimientos torpes de manos y brazos, tensión en las mandíbulas, cambios de voz, expresión facial de asombro, duda o crispación.
Teniendo manifestaciones Intelectuales o cognitivos Dificultades de atención, concentración y memoria, aumento de los despistes y descuidos, preocupación excesiva, expectativas negativas, pensamientos distorsionados e importunos, incremento de las dudas y la sensación de confusión, tendencia a recordar sobre todo cosas desagradables, sobrevalorar pequeños detalles desfavorables, abuso de la prevención y de la sospecha, interpretaciones inadecuadas, susceptibilidad, etc.
También presenta cambios Sociales como puede provocar irritabilidad, ensimismamiento, dificultades para iniciar o seguir una conversación, en unos casos, y verborrea en otros, bloquearse o quedarse en blanco a la hora de preguntar o responder, dificultades para expresar las propias opiniones o hacer valer los propios derechos, temor excesivo a posibles conflictos. (Porter CL, Hsu H. 2015)
La ansiedad patológica consiste en la aparición de una sensación de intenso malestar, sin causa objetiva que lo justifique, que se acompaña de sentimientos de aprensión. La persona que tiene ansiedad teme volverse loca, morirse o realizar un acto incontrolable.
Las respuestas de ansiedad incluyen síntomas cognitivos y somáticos que son característicos y que expresan la activación del sistema autonómico como inquietud psicomotriz, pilorección, taquicardia, taquipnea, sensación de muerte inminente, tensión. Los efectos a largo plazo de los síntomas de ansiedad persistente pueden ser variados y de consecuencias casi irreparables, pues pueden derivar en daños en el desarrollo del concepto de sí mismo, en la autoestima, en el funcionamiento interpersonal y en la adaptación social.
La respuesta ante una situación percibida como amenazante para la supervivencia está condicionada por factores individuales. El llanto, la evitación, la huida, la confrontación de la situación temida, los problemas físicos, el aislamiento social, etc., todas ellas vienen determinadas por diferencias interindividuales. Las manifestaciones de ansiedad serán diferentes según la etapa del desarrollo. En los niños más pequeños se presenta a menudo como actividad excesiva, comportamientos estridentes y de llamada de atención, dificultades a la separación o en el momento de ir a dormir. La ansiedad manifestada comportamentalmente puede conducir a diagnósticos inadecuados de trastorno de déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH), trastorno desafiante y oposicionista u otros problemas de conducta. Los chicos mayores o los adolescentes que son más capaces de describir sus vivencias subjetivas pueden denominarlas usando diferentes vocablos como miedo, nerviosismo, tensión, rabia; también pueden presentar comportamientos disruptivos o antisociales. También el ambiente influye en las respuestas de ansiedad. Si el ambiente es comprensivo y es capaz de emplear estrategias que ayuden al niño, éste se verá beneficiado. Los ambientes que minimizan y culpan al niño del problema, o que le obligan a enfrentarse a la situación cuando él no tiene recursos personales para manejarla, estarán provocando un rechazo del niño a compartir sus problemas y a pedir ayuda y, por tanto, comprometerán su desarrollo. En personas que no padecen un trastorno de ansiedad, la exposición repetida a un estímulo potencialmente amenazante reduce su ansiedad. Sin embargo, en los sujetos con un trastorno de ansiedad, la exposición obligada, sin un apoyo terapéutico, puede resultar altamente perjudicial. (Williams TP, Miller BD 2013)
La clasificación de los trastornos de ansiedad en la infancia aún no tiene un carácter definitivo. Las dos clasificaciones internacionales al uso, ICD-10 (International Clasification of Diseases) y DSM-IV (Diagnostic and Statistical Classification of Diseases), reseñan que existen algunos trastornos de ansiedad de inicio en la infancia y en la adolescencia por 4 razones básicas.
La mayoría de los niños que sufren trastornos de ansiedad son sujetos normales en la vida adulta y sólo una minoría terminará padeciendo algún trastorno.
Muchos trastornos emocionales pueden considerarse exageraciones de las respuestas normales del niño.
Los mecanismos etiopatogénicos pudieran ser diferentes.
Los trastornos emocionales de los niños se diferencian con menos claridad que los del adulto en entidades específicas.
El CIE-10 considera que los trastornos emocionales de inicio en infancia y adolescencia son: ansiedad de separación, ansiedad fóbica, hipersensibilidad social y trastorno de rivalidad con los hermanos. El DSM-IV incluye en este grupo sólo el trastorno por ansiedad de separación y el trastorno reactivo de la vinculación.
El resto de trastornos de ansiedad se delimitan según un diagnóstico sindrómico que es el mismo en los niños y adolescentes que en los adultos. Los trastornos de ansiedad incluyen el trastorno de pánico, las fobias, el trastorno obsesivo compulsivo, las reacciones a estrés agudo, el trastorno por estrés postraumático y el trastorno de ansiedad generalizada; éste último conocido previamente como trastorno por ansiedad excesiva. Aparte quedan los síndromes de ansiedad secundarios a una condición médica o al uso de sustancias. En este artículo nos limitaremos a presentar de forma resumida los trastornos de ansiedad que consideramos más relevantes en la clínica, bien por su frecuencia o por su especificidad. El Trastorno Obsesivo Compulsivo y el Trastorno por Estrés Postraumático y se los consideran como entidades independientes que suelen merecer consideración aparte en la mayoría de las revisiones y libros de texto. De hecho, en la CIE-10 aparecen de forma independiente.
Los estudios epidemiológicos sobre los trastornos de ansiedad cuentan con serias dificultades metodológicas. La primera y principal es la dificultad existente para delimitar y definir lo que se está estudiando por ejemplo ¿qué es un caso?, ¿dónde está la normalidad y dónde la patología?). Esto se ve complicado porque los diagnósticos dependen de la información proveniente de fuentes dispares lo que puede producir un debate entre, niños versus padres versus profesores. Además, los resultados varían en función del diseño de los estudios epidemiológicos, que son variados también en cuanto a la calidad metodológica. Los resultados de algunos estudios indican que no todos los niños que presentan algún trastorno de ansiedad se encuentran severamente limitados en su funcionamiento diario (Graham P,Turk J,Verhulst F. 2014).
Como otros trastornos psiquiátricos, los trastornos de ansiedad son explicados aplicando el modelo causal de vulnerabilidad-estrés. Según éste, el individuo podría presentar una serie de factores predisponentes o de riesgo para el padecimiento de los trastornos de ansiedad que serían desencadenados por otros factores desencadenantes. A continuación, resumiremos algunos de estos factores; no obstante, conviene clarificar que los estudios epidemiológicos realizados hasta el momento no confirman ninguno de ellos.
El hallazgo más replicado por todos los estudios es que los trastornos de ansiedad son más prevalentes en las chicas por tanto, el sexo parece un factor interviniente aunque no existe ninguna teoría psicopatológica que explique esta diferencia de forma convincente. Tampoco conocemos los caminos por los que los factores de riesgo o predisponentes confluirían y terminarían o no produciendo los trastornos de ansiedad; además, los estudios necesitarían incluir la perspectiva del desarrollo porque no todos los factores de riesgo o situaciones traumáticas tienen un mismo efecto patogenético según el momento del desarrollo en el que tienen lugar.
Factores genéticos y constitucionales. Aunque parece que los trastornos de ansiedad se agrupan en determinadas familias, aún no se ha establecido si la transmisión es genética o determinada por la crianza. Puede afirmarse que los factores genéticos podrían ocupar un lugar destacado en la génesis de algunos trastornos de pánico, estando otros, como la ansiedad generalizada o la de separación, más condicionados por factores ambientales.
Temperamento: los niños que son inhibidos comportamentalmente, tímidos o tendentes a la retracción en los primeros años tienen más tendencia a desarrollar trastornos de ansiedad posteriormente.
Estilos parentales: la sobre-protección que, en ocasiones, es debida a las propias ansiedades parentales, tales como ansiedad de separación, viene a contribuir a la génesis en el niño de un sentido de sí mismo como alguien indefenso, que está en peligro y desprovisto de los recursos personales para protegerse, defenderse ni sobreponerse a las situaciones difíciles. Por su parte, las actitudes parentales críticas o los estilos educativos excesivamente punitivos pueden ser intimidatorios e interferir en el desarrollo de un concepto de sí, seguro y capaz. Algunos miedos específicos pueden ser transmitidos por los padres e incorporados por los chicos a través de mecanismos identificatorios básicos
Acontecimientos vitales estresantes: algunos miedos pueden ser iniciados por algún acontecimiento inusualmente aterrorizador por la experiencia de una tormenta. Además, la elaboración cognitiva dar una explicación que de una experiencia atemorizante haga el niño influirá en que éste pueda desarrollar un trastorno de ansiedad en el futuro.
Los ambientes sociales desfavorables a grandes adversidades, económicas o condiciones de vida, generando un clima de inseguridad crónica en la persona que puede contribuir al desarrollo de un trastorno de ansiedad. (Sadir MA, Bignotto MM, Lipp MEN 2014)



Frecuentemente, los trastornos de ansiedad suelen presentarse en la consulta del pediatra en forma de quejas somáticas de índole neurológico, cardiovascular o gastrointestinal. Identificar y delimitar estos trastornos puede llegar a ser una tarea ardua y difícil pues los niños suelen experimentar solamente el componente físico de la ansiedad. De hecho, los niños raramente describen su malestar como ansiedad directamente. Cuanto más pequeño es el niño, más limitada es su capacidad para simbolizar sus estados subjetivos y expresarlos verbalmente. Es muy importante que los pediatras tengan siempre presente la ansiedad como el motivo subyacente de las quejas físicas de los pequeños en Atención Primaria; esto puede ayudar a evitar derivaciones a veces innecesarias, mal dirigidas y muy costosas. Al mismo tiempo, es preciso descartar las causas físicas, medicaciones o la posible ingesta de drogas de abuso que podrían ser responsables de los síntomas por los que se consulta.
Hoy por hoy, el diagnóstico de los trastornos de ansiedad es clínico pues, aunque se han desarrollado instrumentos de medida en forma de escalas y entrevistas diagnósticas, que podrían apoyar al clínico en su trabajo diario, éstas tienen poco valor en la práctica. Las escalas autoaplicadas y entrevistas no diferencian entre los diversos trastornos de ansiedad y entre síntomas de ansiedad y depresión. Pueden tener utilidad a la hora de valorar los cambios que ha producido un tratamiento en un paciente dado.
Uno de los problemas más importantes con el que nos enfrentamos al hacer un diagnóstico es el de la coocurrencia. Se sabe que la tasa de concurrencia de varios trastornos de ansiedad en niños y adolescentes es alta. Ésta es mayor especialmente en el caso de los niños con Trastorno de Ansiedad Generalizado, quienes pueden presentar algún otro trastorno de ansiedad simultáneamente hasta en el 90% de los casos. (Dion LJ, Engen DJ, Lemaine V 2015)
La ansiedad no  produce lesiones en el corazón ni arroja a las personas a la locura. Sin embargo, la ansiedad sí puede generar sentimientos de infelicidad, depresión, alteraciones del sueño, deterioro de las relaciones familiares, consumo de sustancias tóxicas, entre otros desajustes psicológicos. Por ello es muy importante aprender a controlarla. Lo primero de todo es impedir que el trastorno de ansiedad siga creciendo y ocupando más espacio en la vida de la persona y provocando cambios bruscos de humor.


Los desórdenes de ansiedad, sin embargo, son las enfermedades que causan a la gente una sensación de miedo, de pena e inquieto sin ninguna razón evidente. Sin tratamiento, estos desórdenes pueden reducir dramáticamente la productividad y disminuir perceptiblemente la calidad de la vida de un individuo. Afortunadamente, hay tratamientos eficaces que pueden ayudar. (Chandola T, Heraclides A, Kumari M 2016)


CONCLUSIONES:
El presente ensaya tiene fines investigativos ya que nos damos cuenta que este las persona pueden padecer distintos trastornos de Ansiedad que intervienen en su vida cotidiana así afectando las partes cognitivas, afectivas y volitivas; así perjudicando en sus relacione sociales sabiendo que la ansiedad puede ser un trastorno relacionado de manera biológica o hereditaria que puede ser desencadenada en el ámbito que lo rodea como puede ser familiar o con su grupo de pares. Concluyo en esta investigación acerca de la ansiedad para poder prevenirlo y evitarlo en distintas áreas que sea generado.



NEUROPSICOLOGI
NEUROPSICOLOGIA DE LA ANSIEDAD 
Todo el mundo siente ansiedad en algún momento de la vida, sin embargo para quienes lo padecen es una sensación mucho más constante, y no le permite continuar de una manera adecuada su vida cotidiana ya que es una enfermedad prolongada debido a un amplio conjunto de trastornos que abarca problemas, más que por un suceso concreto, tienden a sentirse así la mayoría de los días, y a menudo les resulta difícil recordar la última vez que se sintieron relajadas. (Airaksine, 2013)
Cuando se percibe un estímulo que se considera amenazante en el organismo reacciona provocando cambios importantes en el cuerpo con el propósito de preparar ante la amenaza. Cuando se entra en un campo y se observa un león que corre directamente hacia donde está el individuo, inmediatamente se evalúa la situación como peligrosa y amenazante, esta información es procesada en el cerebro donde se encuentra el Sistema Nervioso Central y la envía al Sistema Nervioso Autónomo que hará su trabajo. (Airaksine, 2013)
El Sistema Nervioso Autónomo está formado por dos sistemas menores, el Sistema Nervioso Autónomo Simpático es el encargado de preparar al organismo para la acción de defensa o huida en caso de amenaza y el Sistema Nervioso Autónomo Parasimpático es el encargado de preparar a nuestro organismo para la acción de defensa o huida en caso de amenaza este se encarga de restaurar al cuerpo su estado natural se dedica a detener al Sistema Simpático. (Richard Ch, 2015)
Ambos sistemas reciben instrucciones del Sistema Nervioso Central y transportan las órdenes de al corazón, los Pulmones, el Sistema Digestivo el estómago, los intestinos y otras partes del cuerpo que estén implicadas en la preparación del organismo humano para la acción. (Richard Ch, 2015)
Este sistema es el encargado de preparar el organismo para la acción, sea la lucha o la huida. Actúa por medio la segregación de dos sustancias, la adrenalina y la noradrenalina encargadas de dar energía al cuerpo, provocando los cambios en el cuerpo que son la taquicardia esta es la aceleración del latido cardíaco, el corazón es la bomba que reparte la sangre al resto del cuerpo. (Richard Ch, 2015)

Los músculos son los responsables de que no se pueda pelear o correr en caso de lucha o huida ante una amenaza se alimentan sobretodo del oxígeno y otras sustancias que transporta la sangre. Es por ello que ante una situación que consideramos peligrosa el corazón late más deprisa de lo habitual, para llevar más alimento a los músculos pues lo necesitarían en caso de que tuviera que luchar o salir corriendo. (Ciereg, 2012)
La piel fría y mucosas secas se da por que la sangre se concentra en los músculos y es en estas zonas donde disminuye la cantidad para que, en caso de ser heridos sangremos menos, por eso cuando sentimos miedo sentimos escalofríos y la garganta seca. También las manos calientes han recibido gran cantidad de sangre para que estén bien alimentadas para la lucha, por eso están calientes y en tensión por lo tanto también las manos se ponen frías ante un ataque inminente de sangre lo cual se retira hacia el bazo por miedo a recibir heridas y perder así la menor cantidad de sangre posible. Así mismo aparece la tensión muscular general, lo cual los músculos reciben mucha sangre para la acción y sentimos que se ponen tensos porque están preparados para la acción. (Richard Ch, 2015)
Al sentir miedo la respiración se acelera, los pulmones bombean más oxígeno para que la sangre lo transporte a los músculos, el oxígeno es la energía que mueve el organismo, la aceleración de la respiración puede provocar varias sensaciones como ahogo, opresión en el pecho, hormigueos, entumecimiento, ráfagas de calor y frío, sensación de mareo o temblores. Se contraen los esfínteres impidiendo su vaciamiento lo cual puede provocar dolores abdominales. (Airaksine, 2013)
En los efectos que se da en el simpático son la pupila lo cual se va a dilatar para aumentar el campo visual, la sudoración es otro síntoma en el cual el cuerpo está muy activado para la acción y vacía todo lo que no le sirve para defenderse mediante la sudoración. El parasimpático actúa después del simpático intentando restaurar el equilibrio del organismo a su estado natural. (Ciereg, 2012)
También se ve relacionado con el Sistema Cardiovascular va aumentar el flujo sanguíneo haciendo desaparecer la palidez de la piel, debido a esto podemos sentir, durante un episodio de ansiedad, escalofríos el Sistema Respiratorio se contraen los bronquios porque ya no es necesario tanto oxígeno y la respiración se normaliza, si el episodio de ansiedad es muy largo podemos sentir ahogo en el tracto urinario se relajan los esfínteres de la vejiga provocando en ocasiones ganas inminentes de orinar o defecar.
En ocasiones pueden aparecer las ganas durante el episodio de ansiedad puesto que el cuerpo puede necesitar vaciarse antes de la lucha. (Airaksine, 2013)
Los síntomas provocados por el simpático tienen cada uno de ellos una función específica, preparando al organismo para la acción cuando se siente miedo. Estos signos no son en absoluto peligrosos y son transitorios puesto que la adrenalina y la noradrenalina son posteriormente destruidas por el organismo y además el parasimpático se encarga de devolver a nuestro cuerpo a la normalidad sin dejar secuelas. (Ciereg, 2012)
Los sentidos perciben una amenaza, la información puede tomar dos vías diferentes en el cerebro el camino corto cuando está asustando, el cerebro automáticamente pone en marcha una línea directa con la amígdala una vez activada, está envía la información por todos los medios alertando así a otras estructuras cerebrales el resultado es la clásica respuesta al miedo que son manos sudorosas, aumento del ritmo cardíaco, aumento de la presión sanguínea, estallido de los niveles de adrenalina. (Ciereg, 2012)
La vía larga solamente tras la activación de la respuesta inicial al miedo, la actividad mental consciente se pone en marcha, parte de la información sensorial, antes de viajar directamente a la amígdala, toma una ruta alternativa, deteniéndose primero en el tálamo. Éste es el centro de entrada sensorial. Después viaja al Córtex, la corteza cerebral o capa externa de las células cerebrales. El córtex analiza los datos brutos procedentes de los sentidos y decide si requiere una respuesta del miedo. Si es así, el córtex lo indica a la amígdala, y el cuerpo inicia la alerta. (Ciereg, 2012) 
El tálamo se halla en el centro del cerebro, encima del hipotálamo y separado de éste por el surco hipotalámico de Monroe. Los estímulos sensoriales que llegan al cerebro, con excepción del olfato deberán pasar previamente por el tálamo. Se trata de un derivado de unos 80 núcleos neuronales agrupados en territorios ,los estímulos dirigidos a la corteza cerebral son filtrados en el tálamo, quien decide si siguen o terminan su camino, calificándolos de triviales. Pero no únicamente hace esta función, sino que también, al estar conectado a la corteza cerebral, por la vía córtico-talámica son interconectores. Si hay una disfunción en el tálamo afecta a la corteza. (Ciereg, 2012) Entonces, cuando el cerebro está en situación en alerta, la amígdala induce una serie de cambios hormonales y químicos en el cerebro que colocan al cuerpo en estado de ansiedad. (Ciereg, 2012)

Las regiones cerebrales también tienen relación con la ansiedad como son los estímulos visuales y auditivos las imágenes y los sonidos son procesados en primer lugar por el tálamo quien filtra o redirige hacia la amígdala o la región adecuada del córtex, estímulos olfativos y el tacto son los olores y las sensaciones táctiles eluden por el tálamo, en general, y van directamente a la amígdala, los olores evocan fuertemente la memoria o la sensibilidad que los sonidos o las visiones es así como el tálamo es el centro de la visión y los sonidos, el tálamo descompone las entradas visuales por tamaño, forma y color; y las entradas por volumen y disonancia, remitiéndolas entonces a las regiones correspondientes del córtex, el cual va a otorgar un significado a los sonidos e imágenes brutas. Con ello, hace posible que el cerebro tome conciencia de las cosas que ve o escucha.
El Hipocampo es el centro de la memoria, almacén de la información bruta procedente de los sentidos, que junto con el equipaje emocional, viajan por la amígdala. El hipocampo es una parte del cerebro situado en el lóbulo temporal de los seres humanos. (Ciereg, 2012)
La ansiedad también influye en los neurotransmisores que son los siguientes la serotonina que es uno de ellos que se encarga de disminuir el nivel de ansiedad, el cual el médico incrementa la efectividad o cantidad de la serotonina otro de ellos es la Norepinefrin también conocida como noradrenalina, el cual desempeña un papel en los trastornos de ansiedad es un neurotransmisor excitatorio y también es una hormona del estrés, esta ayuda a mantener alerta y a prepararnos para las amenazas. (Ciereg, 2012)
Se concluye que la ansiedad es una reacción normal del organismo ante situaciones claras de peligro, se considera anormal cuando no hay señales claras de que exista una amenaza, pero el cerebro interpreta algunas situaciones de riesgo activando todo el sistema de defensa natural, cuando la situación es amenazante, esta información es procesada en el cerebro donde se encuentra el Sistema Nervioso Central y la envía al Sistema Nervioso Autónomo que hará su trabajo ante la situación. Los síntomas que padecen estas personas pueden ser taquicardia, la piel fría, las manos calientes, aceleración de la respiración, contracción de esfínteres, episodio de ansiedad, escalofríos, sudoración no todos los individuos tienen los mismos síntomas algunas pueden sentir unos síntomas más intensamente que otro.
Las sustancias que influyen son la adrenalina y la noradrenalina estas son las que dan energía provocando los cambios en el cuerpo y posteriormente causara la sintomatología en el individuo, los neurotransmisores como la serotonina se encarga de disminuir el nivel de ansiedad y la noradrenalina ayuda a mantener alerta y a prepararnos para las amenazas.
PSICOLOGÍA EVOLUTIVA II
INTRODUCCIÓN
 El presente escrito se refiere al tema de la ansiedad como factor psicológico que influye en el rendimiento deportivo del futbolista, que se puede definir como un estado emocional que incluye sensaciones de nerviosismo. O un miedo que construimos a partir de condicionamientos que normalmente son inducidos socialmente. La característica principal de la ansiedad en el ámbito del deporte es básicamente un estado emocional negativo, y se puede dividir en ansiedad de estado precompetitivo y ansiedad competitiva. Para analizar este estado emocional tan importante en el rendimiento del futbolista, es necesario mencionar las definiciones y tipos de ansiedad que encontramos en la literatura. También debemos entender las causas, que principalmente son preocupación y miedo. El interés en este tema surgió por la necesidad de trabajar el entrenamiento psicológico en el futbolista, como un factor igual de importante al entrenamiento físico, técnico y táctico. Este trabajo está planteado de tal manera que se hace una breve descripción de la preparación psicológica en el futbol colombiano, algunos modelos de entrenamiento, la definición y tipos de ansiedad que se manejan en el ámbito del deporte y los diferentes aspectos de la preparación deportiva en el futbol de rendimiento.
Ansiedad
Estado emocional negativo que incluye sensaciones de nerviosismo, preocupación y aprensión, relacionadas con la activación o el arousal del organismo (WEIMBERG, Robert S. GOUD, Daniel. Fundamentos de la psicología y el deporte.). Existen derivaciones de ansiedad, una de ellas es la ansiedad estado que tiene que ver directamente con el estado de ánimo. No se siente la misma ansiedad al empezar un partido que durante el mismo ni en los minutos finales; ni se siente lo mismo jugando una final o un partido en el que no haya mucho en juego y más en un deporte como el fútbol en el que la presión juega un papel preponderante teniendo en cuenta los millones de aficionados, los medios de comunicación, el dinero y la fama entre otros. Otra derivación de la ansiedad es la ansiedad rasgo, que está ligada a la personalidad a diferencia de la ansiedad estado. La ansiedad rasgo es un motivo o disposición conductual adquirida que predispone a una persona a percibir una amplia gama de circunstancias objetivamente no peligrosas (desde el punto de vista físico o psicológico) como amenazadoras, y a responder a éstas con reacciones de ansiedad estado de intensidad y magnitud desproporcionada con respecto al peligro objetivo (Spielberg, 1966, p. 17). En el fútbol podemos ver que se enfrentan dos jugadores que tienen un grado de experiencia alto, que están bajo el mismo nivel de presión y aun así sus reacciones de ansiedad estado son diferentes debido a sus personalidades o su rasgo general de ansiedad. Un ejemplo muy claro lo vemos con los jugadores que son expulsados del campo de juego regularmente lo que demuestra que su ansiedad rasgo es más alterada que la de un jugador al que rara vez le sacan tarjeta. Todos los que han jugado fútbol, han experimentado circunstancias en las cuales sus emociones elevan la ansiedad y el aurosal. Por ejemplo faltando pocos 5 minutos de un partido en el cual el marcador esta igualado o apretado, el jugador experimenta sensaciones como el corazón mucho más acelerado de lo normal o nervios en el estómago que no permiten mantener la concentración necesaria para este tipo de situaciones. (CUBILLOS, 2014)

DEFINICIÓN Y TIPOS DE ANSIEDAD
 En el ámbito del deporte pero también en lo laboral, hay un tema que preocupa desde hace tiempo y de manera renovada: la ansiedad. La ansiedad es básicamente un miedo condicionado que construimos en nuestra existencia a partir de condicionamientos. Estos pueden ser personales, pero normalmente son inducidos socialmente. La ansiedad y el miedo adquirido en general son un gran tema psicosocial, ya que apunta al hecho de la motivación negativa presente en nuestra sociedad; es decir, al hecho que las personas se mueven, no por el deseo positivo de algo, si no por el miedo y el temor de lo que a uno le puede suceder. (ROCA, 2015) La ansiedad por ganar no acostumbra a ser, sin embargo, tan relevante como el miedo a perder. El miedo es una reacción orgánica ante estímulos intensos o cambios bruscos, pero también una reacción condicionada a perder lo que se tiene o se puede tener. El deportista puede tener miedo a fallar, a perder o a defraudar. Ello lo provoca también la ansiedad. En ese caso de ansiedad, de miedo, también el centra miento en la acción es la primera medida a tomar. (ROCA, 2015) La ansiedad es un estado del organismo caracterizado por la emisión de respuestas fisiológicas y motoras que se corresponden con aquellas asociadas al “distress” y que van acompañadas de la percepción cognitiva de este peculiar estado del organismo como negativo y disfórico, atribuyéndose, en la mayoría de los casos, tal estado a la existencia de un estímulo percibido como potencialmente nocivo (Bellack y Hersen, 1977). Por lo tanto, la ansiedad es conceptualizada como un estado afectivo negativo, producida por situaciones que son temidas por el individuo, en la 6 mayoría de las cuales, el peligro puede ser potencialmente peligroso, pero no atenta necesariamente contra la integridad del sujeto. Este estado afectivo negativo es desencadenado por un esquema aprehensivo de ansiedad que es activado por sentimientos imprescindibles e incontrolables de las situaciones, es decir, existe una inhabilidad percibida para predecir control u obtener resultados deseados en situaciones o eventos venideros. Además, se presentan una serie de consecuencias que conllevan a un cambio en el foco de atención desde un contenido externo a un contenido interno de auto focalización. Un aumento posterior en los niveles de activación o arousal; estrechamiento del campo de concentración de la atención; hipervigilancia de las fuentes de aprehensión que pueden alterar la concentración y la ejecución. Aunque no todos los participantes en el deporte sufren ansiedad, abundan las evidencias de que la competición deportiva es capaz de producir altos niveles de ansiedad en muchos de los deportistas élite, hasta el punto de afectar gravemente la actuación. González (2000) plantea que “Cuando las personas compiten se enfrentan a demandas situacionales que pertenecen a la valoración de la ejecución, la adquisición de habilidades, su perfeccionamiento y la interacción social a las que el individuo se ve obligado a responder. Frente a estas demandas unos deportistas, aunque experimenten ansiedad mientras compiten, perciben la competición como un reto o un desafió personal que merece la pena. Otros, en cambio, se vuelven tensos y preocupados en el contexto de la competición, en lugar de ver la tarea como un reto personal.” En suma, ciertos individuos tienen una tendencia general a percibir la situación competitiva como un reto personal y otros a percibirla como auto amenazante y ansiógena. Además, este autor agrega que la ansiedad es una de las emociones más importantes que puede influir negativamente en el rendimiento deportivo y ocurre en el momento en que se percibe una discrepancia entre la dificultad de la tarea y la capacidad para afrontarla. Por otro lado, La ansiedad se manifiesta en tres direcciones, estas son: Respuestas conductuales (motoras): los comportamientos más comunes asociados al estado de ansiedad, incluyen: inquietud, insomnio, risa 7 nerviosa, pérdida de apetito y cambios de voz. Respuestas fisiológicas (o emocionales): el incremento de la actividad del sistema nervioso autónomo, el cual se manifiesta en el incremento de la sudoración, tensión muscular, temperatura cutánea, tasa cardiaca, respiración entre otros. Respuestas psicológicas (o cognitivas): tipo de pensamientos que desarrollamos durante esos momentos, generalmente acerca de la propia capacidad para enfrentar el evento. Basándonos en el modelo de Spielberger (1966) y Martnes (1977), se pueden distinguir dos tipos de ansiedad, estos son: Ansiedad rasgo: está conceptualizada como aquellas diferencias individuales estables en la tendencia a interpretar como “peligrosas” un amplio espectro de situaciones y a responder a ellas con elevaciones de la ansiedad-estado. “es una propensión ansiosa relativamente estable y consistente en el tiempo, por la que difieren los sujetos en su tendencia a percibir las situaciones como amenazadoras y a elevar, consecuentemente, su ansiedad estado” (Ansorena Cao 1983). Es un motivo o disposición conductual adquirida, que predispone a una persona a percibir una amplia gama de circunstancias objetivamente no peligrosas como amenazadoras y responder a estas reacciones de ansiedad, estado de intensidad y magnitud desproporcionadas con respecto al peligro objetivo. Ansiedad estado: está conceptualizada como un estado o condición emocional transitoria del organismo humano, que se caracteriza por sentimientos subjetivos, conscientemente percibidos, de tensión y de aprensión, así como una hiperactividad del sistema nervioso autónomo, esta puede variar con el tiempo y fluctuar en intensidad. Y según Ansorena Cao (1983) “La intensidad y duración de la ansiedad-estado son función de tres elementos: percepción cognitiva de la amenaza, persistencia de la estimulación y experiencia anterior en situaciones similares”. Además, la incitación de un estado de ansiedad puede ser iniciado tanto por estímulos internos o externos (Reheiser, 1991). Entonces, la ansiedad tipo estado es una manifestación, en un determinado momento y con un grado de intensidad, de un proceso o reacción empírica, mientras que la ansiedad tipo rasgo 8 indica diferencias de fuerza en una disposición latente para manifestar un determinado tipo de reacción. (BETANCUR, 2005)

Consecuencias físicas de la ansiedad
Cuando el trastorno de ansiedad no se trata puede producir una serie de consecuencias físicas que a largo plazo pueden poner en grave riesgo la salud. Esos efectos o consecuencias de la ansiedad están muy relacionados con sus propios síntomas. Cuando observamos síntomas como la taquicardia, los mareos o la dificultad para respirar, pueden darnos una pista de hacia dónde se dirigen las consecuencias de la ansiedad.
No queremos ser alarmistas pero existe el riesgo a largo plazo de padecer enfermedades cardiovasculares, neurológicas y pulmonares si el trastorno de ansiedad no recibe el tratamiento adecuado. Por eso insistimos en no tomar la ansiedad como algo inevitable, porque estamos poniendo en peligro nuestra calidad de vida y nuestra salud.
A corto plazo, los efectos de los trastornos de ansiedad pueden ser dolor de cabeza recurrente, mareos y vértigos, problemas gastrointestinales, hipertensión, insomnio, dolores musculares y fatiga crónica, entre otros. Y todas estas consecuencias de la ansiedad podemos evitarlas si buscamos ayuda para tratar la ansiedad.
Consecuencias psicológicas de la ansiedad
Si las consecuencias físicas de la ansiedad asustan, las psicológicas pueden llegar a ser aún más graves. Síntomas como la inseguridad y el temor pueden llevarnos a una situación de aislamiento social, a recluirnos en casa paralizadas por el miedo. Aunque la principal consecuencia de un trastorno de ansiedad que no se trata es la depresión.
La ansiedad también puede llevarnos a padecer otros trastornos psicológicos, otros tipos de trastornos de ansiedad, menos habituales que la ansiedad generalizada, como el trastorno obsesivo compulsivo, el trastorno de pánico o las fobias. Todo ello con grave riesgo de afectar a nuestra vida social, laboral y familiar.
Esta ruptura con la sociedad, con el entorno más cercano y con una misma nos lleva a una de las consecuencias más frecuentes de los trastornos de ansiedad, que son las adicciones. Drogas, alcohol o cualquier otro medio que nos permita evadirnos por un segundo de la ansiedad pero que puede acabar destrozando nuestra vida. (Laura V, 2017)

ORIENTACIONES PARA LA PLANIFICACIÓN DEL ENTRENAMIENTO CON JOVENES
Actualmente se presenta notable desacuerdo en relación con la planificación en entrenamiento con jones. Posiciones diversas a favor o en contra son comunes y desafortunadamente colocan al entrenador ante una situación muy comprometida. Tales posiciones son discutidas en el presente artículo, a partir de lo cual se propone una manera de abordar la planificación teniendo en cuenta la coherencia necesaria con los fundamentos del entrenamiento en la infancia, con sus objetivos y con la necesaria promoción del desarrollo integral a través de la práctica deportiva. Se asume una nominación especial para la planificación periódica y cíclica y, además, orientaciones para la estructuración del plan anual. La intención de integralidad El entrenamiento con jovenes, considerado como proceso preparatorio de condiciones objetivas de futuros desempeños, en donde la formación multivariada, como las habilidades deportivas por preparar, ocupan un papel muy importante (Hahn, 1988; Taborda, Murcia y Ángel, 1997, 1998; A. Batalla, 1995; J. López, 1995; P. Uribe, 1997), asume para la mayoría de autores y especialistas, un compromiso insoslayable con el desarrollo integral del infante y con el respeto de sus derechos fundamentales, aún si se tiene en mente la promoción del niño al deporte llamado de “rendimiento”. López Bedoya (en Blázquez, 2012) define el entrenamiento deportivo temprano como “el proceso por el cual se desarrollan las capacidades motoras y destrezas deportivas básicas en el joven, en correspondencia con su desarrollo psico-biológico y las fases sensibles”. Propone a la vez como fases del proceso de entrenamiento básico, una de formación motora general, otra de formación deportiva de 29 base, dividida a la vez en fase de iniciación deportiva específica y fase de seguimiento y perfeccionamiento deportivo. Taborda, Murcia y Ángel (2014) desarrollaron en Colombia una propuesta para el entrenamiento infantil cuya intención aparece en el mismo nombre del proyecto: “Escuelas de Formación Deportiva con Enfoque Integral EFDEI”. Los objetivos generales del entrenamiento en la infancia Promover el desarrollo integral del niño deportista. Estimular la práctica de diversos deportes por parte del deportista. Promover de manera gradual el acceso de los jovenes a desempeños cada vez más exigentes, de acuerdo a su edad y evolución. Crear las bases universales necesarias para futuros rendimientos deportivos. Propiciar la constitución de ambientes adecuados para el desarrollo adecuado a nivel psicomotriz, socio afectivo, cognoscitivo y físico. Constituir una comunidad deportiva con padres, entrenadores, médico deportivo, psicólogo que apoye permanentemente el desarrollo deportivo de los niños. (RAMOS B, 2012)
CRITERIOS PSICOLÓGICOS EN ESCUELAS DEPORTIVAS
Las escuelas deportivas pretenden fomentar la práctica del deporte en diferentes edades y niveles, con el interés de estructurar objetivos individuales y grupales. Los parámetros psicológicos esenciales para la estructura de una escuela deportiva son (VIGOYA, 2010): 32 Promoción del placer, diversión, autocompetencia (competencia consigo mismo) y autodeterminación (Toma decisiones propias), factores internos que puedan hacer que cada deportista permanezca a lo largo del tiempo y tenga la capacidad de enfrentar los cambios y obstáculos que se presenten durante el proceso. Generación de procesos de logro, esfuerzo, disciplina, estructura de planes según las edades y niveles, persistencia en las prácticas y disfrute en las competencias. Trabajar factores relacionados con el auto concepto, autoimagen, autoestima dentro los procesos deportivos y en espacios externos. Énfasis en procesos cognitivos, pensamiento concreto, analítico, racional, positivo, lógico y estratégico. Incentivar hábitos deportivos y personales que contribuyan en la promoción del amor por el deporte, la generación de destrezas, el desarrollo de habilidades personales, la construcción de esquemas motivacionales y el interés por los valores deportivos. Respeto por los intereses personales, evaluación objetivos de los deportistas, respeto de los procesos evolutivos, y énfasis en el trabajo interdisciplinario de los profesionales de ciencias aplicadas. El deportista más allá de otro interés, los procesos personales por encima de los deportistas, la generación de destrezas para afrontar situaciones de vida, la motivación intrínseca por encima de las recompensas sociales, el amor por el trabajo por encima de los resultados, la competencia como espacio para afrontar situaciones, la proyección del deporte a futuro como estilo de vida saludable y como espacio para adquirir recompensas deportivas, sociales y psicológicas. El resultado como proceso, enseñanza de cómo llegar al resultado, revisión de los procesos, estrategias para llegar, análisis de tiempos, persistencia, disciplina, trabajo interdisciplinario, disfrute del proceso, énfasis en las metas con prioridad en los valores y respeto por el otro. 33 Los criterios para generar una adecuada preparación psicológica en las escuelas deportivas: Trabajar factores psicológicos relacionados con la formación: a. procesos psicológicos: atención, memoria, motivación, percepción, aprendizaje, pensamiento, emoción; b. procesos psicosociales: socialización, cohesión, trabajo en equipo, comunicación; c. Rutinas y hábitos: esquemas, planes, análisis de situaciones (Dosil 2004, García 2004, Serrato 2005, Vigoya, 2006 y 2009). Promoción de salud y calidad de vida desde la práctica deportiva: a. la práctica como salud, prevención de enfermedades; b. La práctica como desarrollo de procesos atencionales, cognitivos, emocionales y perceptuales; c. La práctica como mecanismo para generar habilidades sociales: socialización y procesos de comunicación (Palenzuela, Calvo y Avero, 1998; Gonzalez, Núñez, Salvador, 1997; Jiménez, Martínez y Sánchez, 2006 y 2007). Trabajo según otras preparaciones: La preparación psicológica debe estar relacionada con los procesos y planes de las escuelas deportivas, objetivos de entrenamiento y competencia, planes de otros profesionales de ciencias aplicadas, características del deporte y la institución. Preparación del Psicólogo del Deporte: La formación del profesional debe estar enmarcada por aspectos teóricos, prácticos, metodológicos, investigativos y epistemológicos. Formación en aspectos relacionados con el deporte, la psicología, la psicología del deporte, conocimiento de aspectos básicos de otras ciencias aplicadas, y fundamental la formación ética y personal. (REINA V, 2010)




ENTRENAMIENTO EN EL MANTENIMIENTO DE LA ATENCIÓN EN DEPORTISTAS Y SU EFECTIVIDAD EN EL RENDIMIENTO
Según Abernethy (2012), atención es la toma de posesión por la mente, en forma clara y vívida, de un estímulo fuera de los posibles objetos que pueden aparecer simultáneamente como formas de pensamiento; la focalización y la concentración son su esencia, implica el retiro de algunas cosas para tratar eficazmente con otras. Por otro lado para la psicología en general, la atención es el comportamiento voluntario e involuntario que adopta el individuo por el que determinados contenidos constituyen el centro de su vida consciente. En la atención cabe distinguir dos factores contrapuestos e inversamente proporcionales: la concentración que es la intensidad o mantenimiento prolongado de la energía psíquica con la que se atiende, y la distribución que es la extensión del campo de atención; simultáneamente se pueden percibir pocos contenidos, seis a lo más en circunstancias normales y siempre que sean de diverso tipo, que no sean excluyentes entre sí, y que la percepción de alguno de ellos no sea tan intensa que polarice la atención.
Siguiendo con la distinción, la concentración es una de las categorías dentro del complejo campo de los fenómenos atencionales. Más concretamente, en sentido estricto, se trata de una forma de atención selectiva, mediante la cual se determina la información que se quiere procesar cada vez. La atención es un proceso necesario, ya que al cerebro llega más información de la que se puede tener experiencia consciente en un momento da do; información que es llevada por las vías de los receptores sensoriales haciendo que existan limitaciones en el organismo respecto a la cantidad de información que puede ser consiente cada vez. Dentro del ámbito deportivo existe evidencia de que no todas las personas que se desenvuelven este medio entienden de la misma forma el término concentración. Esto se ha comprobado investigando a deportistas y a entrenadores. Se da por supuesto que todo el mundo mantiene un significado idéntico, cuando en realidad no es así. Por ello, lo primero que se impone es una descripción exacta de lo que es la concentración (Wood, 1949, citado en González, 2013). Se puede definir la concentración como la localización de toda la atención en los aspectos relevantes de una tarea, ignorando o eliminando todo lo demás. Lo específico de la concentración es que se trata de dirigir la totalidad de la atención, y no una parte de ella, a la actuación que se tiene entre manos. La convicción de que la focalización de toda la atención en lo que se hace, optimiza el rendimiento deportivo; reside en que pone en marcha sólo los mecanismos psicofisiológicos pertinentes para la tarea. Sí existen distracciones, aunque sean parciales, como el temor a no hacerlo bien, entonces, a su vez, se ponen en marcha los correspondientes mecanismos que conducen a los erro res. Por eso, este proceso para ser un instrumento de rendimiento máximo, exige la localización de toda la atención y no sólo parte de ella. Easterbrook (1959, citado por González, 2013) descubrió que existe una relación evidente entre activación y grado de atención, pues a medida que el centro de atención se incrementa hacia lo que sucede en el entorno, la atención res pecto al sí mismo disminuye. Pero, si el centro de la atención se dirige cada vez más hacia el sí mismo, entonces la atención por lo que ocurre en el entorno disminuye e incluso llega a eliminarse. El aumento de la activación por estrés, preocupación por los fallos cometidos o cansancio, hace que la atención se desplace desde el juego hacia la persona, con una influencia nefasta en el rendimiento deportivo (Schmid y Peper, 1993; Travlos y Marisi, 1995; citados por González, 2013). Según García (2004) se pueden distinguir cuatro características fundamentales dentro del proceso atencional en la actividad deportiva y del ejercicio que son:
1. Amplitud: cantidad de información que se puede atender al mismo tiempo y número de tareas que se pueden realizar simultáneamente.
2. Intensidad: es la cantidad de atención que el deportista presenta a un objeto o a una tarea, y está directamente relacionada con el nivel de vigilia y alerta de un individuo (Activación).
3. Oscilamiento: la atención cambia continuamente ya sea porque se tiene que procesar dos o más fuentes de información, o porque se tiene que llevar a cabo dos tareas y se dirige alternamente de una a otra.
4. Control: es cuando la atención se pone en marcha y despliega sus mecanismos de funcionamiento de una manera eficiente en función de las demandas del ambiente, también se puede llamar atención controlada. (Rodríguez Salazar Clara, 2006)
ASPECTOS DE LA PREPARACIÓN DEPORTIVA EN EL FUTBOL DE RENDIMIENTO.
PREPARACIÓN PSICOLÓGICA
Si nos detenemos a pensar, estaremos probablemente de acuerdo en que cuando dejamos que las cosas ocurran, la vida puede ser bastante ingrata. Mucho de lo que realizamos en nuestras vidas es estresante, desde las épocas en que sentíamos verdadero pavor ante la posibilidad del que el profesor nos llamase a la pizarra, hasta los años en que el trabajo, la familia o la salud se convirtieron en las principales preocupaciones. Aunque estos tiempos son mucho más seguros y cómodos que cualquier otro momento de la historia, los peligros e incomodidades no están nunca demasiado lejos. Y cuando no estamos estresados o ansiosos, rozamos el aburrimiento en una bochornosa clase, oficina o apartamento. El deporte es un fruto de la civilización, desde el alba de los tiempos, hombres y mujeres han aprendido a utilizar su cuerpo de manera que proporcionase el máximo placer físico y disfrute mental, estas actuaciones y pruebas atléticas han sido tan intensas que en algunas culturas llegaban a ser las piezas centrales de las celebraciones religiosas. Desde los juegos olímpicos en la antigua Grecia a los juegos de balón de los mayas, las competiciones atléticas reglamentadas han servido de demostración concreta de la superioridad del espíritu sobre la materia, de la esencia divina presente potencialmente en el cuerpo físico.(JACKSON, 2012) La psicología del deporte es todavía una disciplina joven en la mayoría de los países; surgió durante los años 60 y fue básicamente, por la demanda de conocimientos psicológicos por parte de los profesionales de la educación física y de las necesidades de los deportistas de alta competición, ya que eran escasos los psicólogos que veían el deporte como un campo interesante de investigación e intervención; de hecho esta disciplina no obtuvo su reconocimiento internacional hasta el I Congreso Mundial de psicología del deporte celebrado en Roma en 1965, a pesar de existir trabajos destacados desde 1920. En el Congreso Europeo de psicología del deporte realizado en 1972 la Fédération Européenne de la Psychologie du Sport et des Activités Corporelles (FEPSAC) define la psicología deportiva como una disciplina científica, cuya materia de investigación se basa en las manifestaciones psíquicas de los deportistas que realizan ejercicios físicos de forma sistemática; centrándose en el estudio de las características de personalidad del deportista, los fundamentos psicológicos de las capacidades motrices, la preparación general para el deporte de competición, la ayuda psicológica, la distribución y elección de deportistas, la psicología de grupos, la psicología del deportista, al igual que la psicología del entrenamiento y la competición. Desde el inicio de la psicología deportiva, y hasta ahora, las variables psicológicas más ampliamente estudiadas han sido, la personalidad, motivación y ansiedad de los deportistas. (BETANCUR, 2015) El valor de un equipo está determinado en gran parte por: Las cualidades técnicas de los jugadores. El juego colectivo y la táctica de todo el equipo. La forma física de cada jugador. Cuando se habla de forma física, se imagina automáticamente un jugador rápido y potente, además de resistente. Esta imagen perfecta se encuentra en escaso número de los jugadores de que se dispone y todavía de una manera incompleta. Si se desea mejorar este nivel habrá que empezar por ejercicios de un orden general que exijan esfuerzos superiores al nivel actual. Si se prosigue ahora entrenando a un nivel un poco más elevado, y preferentemente de una manera más adecuada, sistemática y progresiva, el nivel de la forma física general mejora, lo mismo que en el funcionamiento del corazón y los pulmones. Cada deporte presenta sus rasgos específicos y sus movimientos repetidos. Todo deportista debería estar preparado en función del deporte que practica. En el caso de un futbolista que se empeñara en ponerse en forma nadando o rodando en bicicleta. Es indiscutible que, si se entrena y realiza los esfuerzos necesarios cada día, a su condición física mejorara pero como futbolista sacara muy escaso provecho de esta preparación. Es por este motivo que un entrenamiento de una específica puesta en forma reviste tanta importancia. Unos ejercicios bien elegidos, con una progresión adecuada, forman la base de un buen programa de preparación física. Esto explica por qué, durante el periodo de reanudación de los entrenamientos, se observa una subida tan espectacular de la curva de la forma física, para registrar a continuación incluso con más trabajo tan solo un pequeño aumento. En este aspecto, muchos entrenadores cometen un error: obtener lo más rápidamente posible un nivel muy elevado de forma física, y acaban persuadiéndose de haber conseguido la buena forma, la óptima y se dedican a partir de ese momento a otras tareas. El objetivo de mejorar la forma física mediante ejercicios progresivos: distancia, carga de entrenamiento, intensidad, ritmo y cadencia con el fin de plantar la mejor base de nuestro futbol de movimiento de los tiempos modernos. Es evidente que el entrenamiento tiene por meta no solo alcanzar un nivel de preparación física elevada, sino crear un mejor clima psicológico y mental. Además de la adaptación cardiaca y pulmonar, el aumento de los glóbulos rojos desarrollara el sistema nervioso. Si se logra afinar estos cambios positivos al mismo tiempo que las cualidades técnicas, instaurando una mejor actitud mental, se habrá dado un paso importante hacia el objetivo final. Lo más importante es que tendrá que adaptarse desde la preparación específica de los entrenamientos a la naturaleza del juego de futbol. La preparación general de principios de temporada es muy importante, dado que este apartado representa realmente la base sobre la que se levantan todos los periodos siguientes. Los teóricos del entrenamiento actual aseguran que la fuerza es la capacidad física más importante debido a que influye en las otras capacidades y define el rendimiento en el deporte moderno enmarcado en el concepto de potencia muscular. En términos generales la fuerza muscular se define como una contracción que vence una resistencia; la fuerza y la velocidad son los factores determinantes de la potencia. En el futbol moderno la potencia, es decir, la realización de acciones a la máxima velocidad y con el máximo posible de fuerza es lo que determina y garantiza los resultados (golpear el balón, carreras de 10 a 20 metros a la máxima intensidad de velocidad, saltos, etc.).
Esto ha hecho que el entrenamiento en el fútbol se haya orientado desde el punto de vista a mejorar la potencia muscular de los jugadores. (Sneyers, 2012) La preparación general de principios de temporada es muy importante, dado que este apartado representa realmente la base sobre la que se levantan todos los periodos siguientes. Una mala preparación general conducirá verosilmente a una plenitud de forma muy rápida que, con toda seguridad, declinara hacia el mes de diciembre. El estilo de juego moderno está basado en el desplazamiento continúo. Los atacantes inferiores en número, pero bien apoyados por la segunda línea (los centrocampistas), no solo deben cubrir todo el ancho del terreno, sino que tienen además la misión de actuar como primeros defensores en caso de pérdida del balón. El centro del campo, que construye los ataques de forma incesantemente distinta, debe involucrarse en las filas del ataque y desempeñar la misión de para choches ante su propia defensa, con el fin de contener al adversario. Esto es ideal y plantea no pocas dificultades al adversario, pero exige, en contrapartida, una excelente forma física. Esta debe ir edificándose progresivamente. Pero globalmente, cabe poner de relieve tres factores. Físico, psíquico y externo. El factor físico hace su aparición en cada ejercicio: tenacidad, resistencia, fuerza, velocidad, agilidad y flexibilidad, rapidez de reflejos, capacidad de coordinación sobre todo técnicamente. (Sneyers, 1996) El entrenamiento tiene que cubrir los distintos aspectos del rendimiento durante un partido. El entrenamiento puede dividirse en 4 principales áreas: técnica, táctica, psicológica/social y entrenamiento de la capacidad o condición física. Los diversos componentes del entrenamiento se podrían combinar de una manera que se adaptara a las necesidades de cada grupo de jugadores. El objetivo del entrenamiento de la condición física en el futbol es capacitar a un jugador para que se enfrente a las demandas del futbol y este seguro de que puede usar ciertas capacidades técnicas en un partido.



TEORIA GENERAL DE LOS SISTEMAS
ANALIZAR EL DESEMPEÑO DEL ENTRENADOR Y SU INFLUENCIA EN EL RENDIMIENTO DEPORTIVO EN LOS JÓVENES
La carrera de un deportista profesional, o semi profesional, suele presentar una duración de entre diez y veinte años en la mayoría de los casos, teniendo en cuenta en dicho cómputo el período transitorio de formación, en el que la niñez va dando paso a la madurez y la práctica competitiva del deporte.
En este amplio período temporal, casi un cuarto de la vida de una persona, una figura fundamental se mantiene presente en todas las etapas evolutivas del deportista: su entrenador, o mejor dicho sus entrenadores.
En el presente artículo, analizamos algunas de las características que deben reunir los técnicos deportivos, nos detenemos a valorar cuales son las funciones más relevantes que deben dominar para lograr optimizar el rendimiento y el aprendizaje de sus pupilos, y detallamos uno de los aspectos más relevantes que deben tener en cuenta: el impacto que sus acciones y enseñanzas tienen en las vidas de los deportistas, a los que entrenan y dirigen.
CARACTERÍSTICAS DEL ENTRENADOR DEPORTIVO.
Un buen preparador de deportistas debe reunir una amplia gama de cualidades. Es muy difícil acotarlas todas o pretender determinar en qué grado deben conjuntarse cada una de ellas, ya que cada deportista a entrenar es un caso singular y diferente al resto. Sin embargo, sí que es posible identificar ciertas habilidades que marcan la diferencia en favor de los buenos técnicos. Estas son algunas de ellas:
Capacidad para motivar El deporte es un estado de ánimo continuo. Los deportistas pueden entrenar y entrenar durante horas, repasar vídeos y alimentarse de maravilla… pero si su estado anímico es deficiente, su rendimiento permanecerá por debajo de sus posibilidades óptimas de manera evidente.
Es por ello que el entrenador debe ser un gran psicólogo que conozca hasta el último rincón emocional de sus deportistas. Este dominio de la personalidad de sus pupilos, debe complementarse con una amplia formación en técnicas de motivación y reactivación del espíritu competitivo y de aprendizaje.
Cada situación y cada deportista, como mencionamos anteriormente, son únicos e irrepetibles, y el entrenador debe saber aplicar la receta perfecta para que los resultados sean los planificados.
Si aspiramos a ser unos entrenadores de éxito, debemos tener bien presente que nuestro acierto a la hora de motivar, será la piedra angular sobre la que giren todas las demás decisiones vinculadas a esta profesión.
Disciplina Es una faceta complicada de controlar, pues es muy fácil confundirla con el autoritarismo. El buen entrenador debe lograr el acatamiento de unas normas de conducta y entrenamiento, a partir de la comprensión lógica de su utilidad por parte de los deportistas.
Imponer reglas porque si, sin pararse a argumentar su significado y relevancia en la obtención de los éxitos futuros, se terminaría revelando como uno intento baldío de poner vallas al campo. No se puede controlar a las personas que entrenamos a partir de imposiciones, es mucho más sencillo lograr su lealtad y confianza partiendo del establecimiento de códigos de comportamiento bien explicados y de los que se deriven unas consecuencias positivas fácilmente observables por nuestros deportistas.
Dominar la estrategia Sin duda alguna, ésta es la habilidad que marca la diferencia en el mundo del deporte profesional. La motivación y la disciplina, en estos niveles, son áreas muy controladas por los referentes del entrenamiento deportivo. Sin embargo, cuando llega el momento de enfrentar a nuestro equipo, o nuestro deportista individual, con el de un míster rival, la habilidad para anticipar los movimientos del oponente y desequilibrar el combate a nuestro favor, es un don que reporta enormes dosis de categoría y reconocimiento a quien lo posee. Ser un buen estratega no consiste solamente en conocerse la teoría competitiva de memoria. Es algo que va mucho más allá, y que se traduce en pequeños detalles como ser capaz de detectar los temores del adversario y hacérselos revivir en el momento oportuno, o en saber equilibrar adecuadamente las pautas de ataque y defensa que deben aplicarse en cada disputa competitiva.
Controlar, evaluar y mejorar continuamente Es una máxima empresarial que debemos acatar si queremos evitar el estancamiento de nuestros métodos y deportistas. Una vez realizada la planificación de la temporada, al igual que se realiza el presupuesto de una compañía, hemos de tener claro que dichos planes siempre, siempre, siempre sufrirán desviaciones en la aplicación práctica.
Es aquí donde entra en juego, de manera diferenciadora, la capacidad del entrenador para establecer sistemas eficientes de control del rendimiento.
Si podemos medir, objetiva y cuantitativamente, los resultados que vayamos obteniendo, y además estamos preparados para evaluar e interpretar adecuadamente el significado de esos datos, estaremos preparados para adoptar las medidas correctoras oportunas que nos permitan evolucionar nuestro método de entrenamiento, adaptándolo a las nuevas exigencias que nos imponga cada tipo de competición, rival a batir o deporte en el que nos involucremos como técnicos.
FUNCIONES PRINCIPALES DEL ENTRENADOR
Aunque la tarea más evidente que debe desempeñar el técnico deportivo es la preparación físico - táctica de sus deportistas, la deriva del deporte actual hace imprescindible que estas se complementen con una adecuada preparación psicológica, para enfrentar los momentos de desgaste anímico y emocional, con garantías de éxito, y también con la transmisión eficaz de unos buenos conocimientos sobre estrategia de competición.
Si tenemos éxito en la enseñanza conjunta y equilibrada de estas áreas a nuestros deportistas, estaremos en la senda correcta que nos permitirá maximizar el rendimiento y las virtudes del equipo o del competidor individual, paliar la influencia de sus debilidades y carencias en el resultado final, y ayudar a contrarrestar de modo eficaz las acciones de los oponentes.
Hoy en día, debido a la complejidad que supone dominar todos estos conceptos, los entrenadores se han transformado en cuerpos técnicos en los que varios miembros se reparten estas actividades. Si la sintonía entre ellos es buena, se conseguirá implementar la eficiencia de los métodos de entrenamiento. Pero si esto no sucede, siempre resulta recomendable que el entrenador a cargo del equipo técnico, tenga un amplio abanico de conocimientos en relación a los diferentes campos mencionados.
Si dominamos todo lo anterior, no sólo podremos manejar con corrección las situaciones de incompatibilidad con nuestros colaboradores, también seremos capaces de preparar de manera óptima a nuestros equipos cuando los medios y las circunstancias laborales estén marcados por la precariedad de recursos disponibles, y nos revelaremos como ayudantes imprescindibles en el caso de ser nosotros quienes estemos bajo las órdenes de otro técnico deportivo.
 IMPACTO DEL ENTRENADOR EN LA VIDA DEL DEPORTISTA
Hay un aspecto sobre el cual un técnico deportivo jamás debe perder la perspectiva: la influencia que sus acciones y enseñanzas pueden llegar a tener en el desarrollo personal y profesional de los deportistas a su cargo.
Desde este punto de vista, es importante que hagamos una clara diferenciación entre el entrenador de base, aquel que ayuda, a través del deporte, a formar la personalidad de los niños y adolescentes, y el entrenador de adultos, más centrado en la consecución de resultados a nivel competitivo o personal.
A lo largo de su vida, suelen ser múltiples y muy diferentes los entrenadores de base que interactúan en el aprendizaje de los niños y adolescentes. Aunque es imposible que todos ellos se pongan de acuerdo en los métodos y objetivos específicos a conseguir en este período fundamental de la educación personal, sí que todos ellos deberían tener siempre presente en su cabeza la siguiente máxima: “nunca realizar un comentario o actuación de carácter formativo sin antes haberla analizado y sopesado adecuadamente”.
Cuando un entrenador castiga o reprende a un adulto, o le transmite comentarios de carácter controvertido, el receptor de dichos mensajes es un individuo con una personalidad ya desarrollada y con la capacidad suficiente como para evaluar y filtrar lo que recibe de sus superiores en términos de aprobación y rechazo. Sin embargo, los menores carecen en su mayoría de esos filtros cognitivos, ellos son esponjas que acatan e interiorizan las enseñanzas de sus entrenadores, por el simple hecho de que ven en ellos el escudo protector que les resguarda en ese ámbito social específico que es el campo de entrenamiento y de competición.
Todos hemos sido niños y, si pensamos en algunos de los entrenadores que hemos tenido, nos daremos cuenta la facilidad con la que asociamos determinadas acciones y frases puntuales con su persona. Ese es el rastro educativo que han dejado en nosotros, quienes ahora deseamos ejercer como entrenadores, si no es que ya lo hacemos.
Conscientes de este impacto que podemos tener en la futura percepción de la vida por parte de nuestros pupilos, seguramente a partir de ahora trataremos de que estos nos identifiquen el día de mañana con momentos puntuales en los que estén, presentes y nítidos, valores tales como el respeto, el juego limpio, el éxito a través del esfuerzo y el afán de superación. Si logramos que esto sea así, es más que probable que sea una consecuencia directa de que reunimos las habilidades y características que se suponen identificativas de los grandes preparadores deportivos.



PRUEBAS OBJETIVAS
TEST DE HAMILTON
La HARS es una escala de estado cuyo objetivo es valorar la intensidad de la ansiedad.
El test de ansiedad de Hamilton es utilizado para evaluar a los pacientes de 13 años de edad en adelante que se cree pueden estar sufriendo un trastorno de ansiedad o depresión. De acuerdo a los resultados arrojados por el mismo se diagnosticará el grado de gravedad del trastorno padecido.
Se trata de una escala heteroaplicada de 14 ítems, 13 referentes a signos y síntomas ansiosos y el último que valora el comportamiento del paciente durante la entrevista. Debe cumplimentarse por el terapeuta tras una entrevista, que no debe durar más allá de 30 minutos.
Los ítems son manifestaciones inespecíficas de ansiedad, sin haber demostrado su utilidad para la evaluación de un trastorno de ansiedad en concreto.
El marco de referencia temporal son los últimos días (al menos los 3 últimos) en todos los ítems, excepto el último, en el que se valora la conducta del sujeto durante la entrevista.
El entrevistador puntúa de 0 a 4 puntos cada ítem, valorando tanto la intensidad como la frecuencia del mismo. La puntuación total es la suma de las de cada uno de los ítems. El rango va de 0 a 56 puntos. Se pueden obtener, además, dos puntuaciones que corresponden a ansiedad psíquica (ítems 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 14) y a  ansiedad somática (ítems 7, 8, 9, 10, 11, 12 y 13)
CORRECCIÓN E INTERPRETACIÓN
Proporciona una medida global de ansiedad, que se obtiene sumando la puntuación obtenida en cada uno de los ítems.
Los puntos de corte recomendados son:
         0-5: no ansiedad.
         6-14: ansiedad leve.
         15: ansiedad moderada/grave.
Fiabilidad
Muestra una buena consistencia interna (Alfa de Cronbach de 0,79 a 0,86).
Con un adecuado enfrentamiento en su utilización de concordancia entre distintos evaluadores es adecuada (r = 0,74 – 0,96).Posee excelentes valores test-retest tras un día tras una semana (r = 0,96) y aceptable estabilidad después de un año (r = 0,64).

Validez
La puntuación total presenta una elevada validez concurrente con otras escalas que valoran ansiedad. Como THE GLOBAL RATING OF ANXIETY BY COVI (r = 0,63 – 0,75) y con el inventario de ansiedad de Beck (r = 0.56).
Distingue adecuadamente entre pacientes con ansiedad y controles sanos (puntuaciones medias respectivas de 18,9 y 2,4). Posee un alto grado de correlación con la escala de depresión de Hamilton (r = 0,62 – 0,73).

Es sensible al cambio tras el tratamiento.


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