Alejandra Paredes

Proyecto:

La depresión y su incidencia en el perfil psicológico de las personas con cáncer"

Objetivo general:

Estudiar la depresión y su incidencia en las personas con cáncer para la elaboración de un producto acorde a su tratamiento.

Objetivos específicos:

PsicopatologíaIdentificar los signos y los diversos síntomas que intervienen en los niveles de la depresión. Neuropsicología:Identificar los correlatos neuroanatomicos y las áreas que desempeñan roles importantes en la depresión para su evaluación, diagnóstico y tratamiento. Evolutiva ll:Identificar las causas que originan la ansiedad en las diferentes etapas de la adultez temprana, media y tardía. Teoría general de los sistemas:Conceptualizar el impacto de la depresión en las distintas dimensiones del área laboral.
 Planeación de proyecto creativo:Elaborar un producto creativo e innovador para tratar a las personas que padecen depresión por enfermedades catastróficas como el cáncer.


Producto:

                   El diario de autoayuda de los sueños

Descripción:


Constelaciones de ideas:

Neuropsicologia


psicopatologia


Estudios Previos:

Psicopatología de la depresión
La depresión es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. (OMS, 2015)
Los síntomas de la depresión pueden variar de una persona a otra, con frecuencia pueden experimentar también preocupaciones constantes que lo conducen a la ansiedad, la duración de estos episodios depende de la gravedad de los sucesos que lo provocan, pero la mayoría dura entre 4 a 6 meses en los que la persona empieza a estabilizarse aunque puede tener una mayor persistencia de 2 años en adelante denominándola depresión crónica.
Existen tres grados de depresión de acuerdo a la intensidad de la misma: La depresión leve se caracteriza por sentimientos de cansancio, desanimo, desilusión etc. Es decir sucesos que lo vivimos cotidianamente y a los que no llegamos a adaptarnos estos pueden ser por no superar alguna enfermedad, o no asumir algún tipo de suceso que presente riesgo. Existen personas con mayor probabilidad de experimentarla como por ejemplo las mujeres en mayor cantidad que los hombres, así también quienes tienen niveles hormonales que se asocian con estado de ánimo o personas que padecen algún tipo de duelo o enfermedad catastrófica.
El siguiente grado es la depresión moderada esta presenta síntomas similares a la depresión leve como: sentimientos de desesperación, cambios en los patrones alimentarios, pensamiento sobre la muerte o suicidio, dificultades para dormir y concentrarse, dolores permanentes sin causa, falta de autoestima, entre otros esto no solo afectan a la vida de la persona que lo posee si no a los que lo rodean. Puede llegar a tener un gran impacto social, familiar y profesional, así también una interacción de elementos causantes de predisposición genética, ambientales, químicos y psicológicos que pueden llevar a la depresión moderada hay que tomar en cuenta que las mujeres tienen el doble de la probabilidad que los hombres de sufrir depresión.
La depresión severa o grave es el nivel máximo de esta patología presenta un mayor índice de sintomatología y gran duración, se caracteriza por una pérdida total de interés por la vida, también la apariencia de un paciente puede ser el indicador de una depresión severa o verse agobiada por pensamientos frecuentes de suicido y por la desaparición de las fuerzas físicas esto puede verse como poca o nada predisposición para realizar tareas simples es decir una parálisis vital en toda regla, tienden a padecer anhedonia que es la incapacidad para sentir placer o estar alegres.  Este tipo de depresión causa dificultades en el género, las relaciones sociales, el estatus socio-económico o disfunciones cognitivas pero lo más probable es que sea una interacción de factores biológicos, psicológicos y sociales
Son varios los síntomas que pueden presentarse durante la depresión hay que tomar en cuenta que mientras más síntomas manifieste el paciente y aumente su gravedad, la recuperación se extenderá y será más complicada. La persona que presenta depresión tiene dificultad para concentrarse, sentimientos de culpabilidad, siente desanimo para realizar algún movimiento y en ocasiones hasta dificultad para concentrarse, no puede dormir en las noches y padece enfermedades relacionadas con la alimentación debido a su falta de apetito. Además pueden aparecer otros síntomas el individuo depresivo suele tener ideación suicida debido a sentimientos de culpa o de incapacidad, la irritabilidad, la pérdida de confianza en uno mismo o en los demás, la intranquilidad, entre otros.
Los pacientes con cáncer son una población en riesgo alto de desarrollar reacciones emocionales negativas y trastornos psicopatológicos esto se debe a varios acontecimientos estresantes que dan un giro total a la vida de la persona y deben enfrentarlo. La depresion es mas frecuente en personas con cáncer, experimenta el impacto del cáncer como un paso a la muerte, inunda de ideas la mente, convirtiéndola en protagonista de una historia que hasta entonces pertenecía a otros. El miedo, la angustia, el sufrimiento, la depresión, la muerte, lo inevitable, la inseguridad, el dolor, la incertidumbre, se adueñan de su casa y su persona. La palabra cáncer sigue acompañada de un halo de emociones muy difíciles de manejar. Uno de los problemas más graves es el tabú o el silencio social y hasta familiar, cuando ocurre esto provoca que el paciente no puede sobrellevar solo esta enfermedad.
Los principales síntomas físicos en la depresión son, trastornos digestivos y dolor de cabeza, la incapacidad para sentir placer y estos aumentan de acuerdo a la gravedad de la depresión. La astenia es un síntoma físico muy habitual se caracteriza por la sensación de fatiga cansancio y debilidad física, inicia el momento de comenzar con las actividades y se hace más latente al trascurrir las horas, afecta a funciones intelectuales como la atención, memoria, y concentración tiene mayor persistencia el momento de aprender nuevos conceptos. También va acompañado de cefaleas, la presencia de dolores musculares y articulares sin la necesidad de padecer algún tipo de antecedente patológico. Otros síntomas físicos son los trastornos digestivos por la pérdida de apetito o aumento del mismo, afectación del área sexual se produce una falta de deseo sexual junto con dificultades de erección en hombres y dificultad de conseguir el orgasmo en ambos sexos, síntomas de los ritmos vitales del ritmo sueño-vigilia y el ritmo estacional, trastornos del ritmo cardiaco.
El estado depresivo puede ser una de las posibles reacciones ante el diagnóstico del cáncer. Pero no se refiere a una depresión como tal, as dos reacciones emocionales más frecuentes son la angustia y la depresión. Pero cuando el cáncer progresa atraviesa una fase sintomática, en la que predomina la búsqueda del alivio de los síntomas progresivos e invalidantes, y por fin una fase terminal, que puede durar días o semanas, antes de llegar a una fase de agonía, que supone las últimas horas que preceden a la muerte. Cuando uno sabe que va a morir, pasa por una reacción inmediata de negación en mayor frecuencia la reacción es con rabia o con sensación de ira, y posteriormente comprende la inevitabilidad de la realidad y se entra en un estado de depresión, se aislamiento.
Los factores del ambiente se refieren a las estructuras sociales relacionadas con la persona y de las cuales puede recibir soporte social. Los efectos positivos del soporte social se explican de dos maneras: incremento en emociones, cogniciones y conductas positivas y amortiguamiento indirecto de los estresores vitales asociados con el cáncer. El soporte social debe analizarse de dos formas: el soporte estructural o la red social de personas con quienes el paciente tiene contacto regular y las funciones del soporte que incluyen las dimensiones emocionales, informacional y la asistencia instrumental específica. (Veach, 2013)
El apoyo social inadecuado es un factor de riesgo para la morbilidad psicológica en una variedad de ambientes. Los aspectos del soporte social que son de particular importancia para los pacientes oncológicos son tres: primero, las incertidumbres y temores experimentados por los pacientes oncológicos son el resultado probable de una elevada necesidad de soporte emocional, de la oportunidad de discutir sentimientos y recibir información; segundo, la naturaleza aterradora y estigmatizante de la enfermedad les dificulta la obtención de apoyo adecuado a los que experimentan problemas; y tercero, el tipo de apoyo que necesita la persona es diferente porque la enfermedad, y el tratamiento, es un proceso dinámico. Parece ser que el soporte social en pacientes oncológicos no tiene un impacto sobre el funcionamiento social, pero influye en la percepción de bienestar. Respecto de las demandas propias del cáncer y de sus tratamientos, debe agregarse que el malestar psicológico puede deteriorar el apoyo social al desgastarlo si se convierte en una crisis crónica, y que las personas que brindan apoyo pueden responder disminuyendo su ayuda.
Debe considerarse el contexto vital y dentro de éste, los esquemas relacionados con la salud y la etapa del desarrollo. Los esquemas se refieren a las representaciones sociales de la enfermedad que tiene el paciente en contraposición al conocimiento del médico, las cuales pueden diferir en cuanto a la consecución de objetivos. La etapa de desarrollo se refiere a la fase del ciclo vital en la que se encuentra la persona y que se relaciona con los objetivos y las tareas biológicas, personales y sociales.
La depresión y la neuropsicología
Los pacientes depresivos tienen con frecuencia dificultad para concentrarse, tienden a estar distraídos, o mantener cierta dificultad para llevar a cabo sus tareas habituales y frecuentes olvidos. Esto acarrea un malestar emocional al no poder ejecutar adecuadamente diversas funciones debido a disminución de desenvolvimiento del área cognitiva y conductual.
La depresión es un trastorno del estado de ánimo que produce malestar psicológico intenso y que puede propiciar un patrón notorio de déficit en diferentes funciones cognitivas, tal como se ha mostrado en varios estudios clínicos y empíricos. (Leplow, 1015) 
El DSM IV TR define el episodio depresivo mayor como un estado de ánimo disfórico (se especifica que para el caso de los niños el estado de ánimo puede ser irritable) o una pérdida de interés o placer en casi todas las actividades durante casi todo el día por un período mínimo de dos semanas, más la presencia de otros síntomas de tipo fisiológico, cognitivo y conductual. (APA, 1013).
La depresión se asocia con una disminución de las funciones cognitivas en varias áreas, entre las que se incluyen memoria atención y las funciones ejecutivas. Los síntomas cognitivos de la depresión pueden tener un profundo efecto en la habilidad de los pacientes para llevar a cabo las tareas de la vida diaria y estos factores afectan a la capacidad de funcionar tanto a nivel social como personal.
Una de las esferas que interviene en la depresión es la función ejecutiva; esta tiene un aspecto de la cognición que contribuye para la toma de decisiones, la planificación y ejecución de una tarea. Las funciones ejecutivas son responsables del control de la atención, inhibición, flexibilidad y organización de una determinada tares. Se identifican déficits en la memoria de trabajo, en la capacidad cognitiva y en la panificación de tareas. Se han evaluado las funciones ejecutivas utilizando tests neuropsicológicos en ancianos con una depresión severa, y han encontrado dificultades en la fluidez verbal y flexibilidad atencional.  Utilizando los mismos tests en pacientes de unos 50 años con una depresión moderada, ratificaron los daños en las funciones ejecutivas a nivel de fluidez verbal, planificación y estrategia, y en la memoria de trabajo espacial. Valoraron la función ejecutiva en depresión melancólica y no melancólica. Los pacientes melancólicos mostraron un problema en las tareas de la memoria de trabajo así como en las tareas de flexibilidad cognitiva. Los errores en la función ejecutiva también se han encontrado en pacientes más jóvenes con depresión leve. (Goodale, 2012)
En la depresión la memoria presenta varios problemas como el recordar a corto plazo y la dificultad para aprender a partir de un objeto viso espacial o verbal. Se compararon en un estudio a 15 pacientes con depresión y 15 controles utilizando tests de memoria, los resultados nos manifestaron que los pacientes con depresión mostraban déficits en el discurso a nivel psicomotor y en el recuerdo de material tanto inmediato como posterior. Otro estudio relacionó la dificultad en la memoria viso-espacial a corto plazo y el aprendizaje así como en el aprendizaje verbal en pacientes con depresión. (Goodale, 2012)
Los pacientes con déficit de atención presentan a menudo de su falta de la capacidad para poder focalizarse y lograr el medio atencional, la falta de atención en depresión aprueba la idea de que la depresión no ayuda en mayor cantidad los procesos controlados que los que son automáticos. Los métodos automáticos se llevan a cabo automáticamente, y no requieren atención o el ser consciente de ello pero los procesos controlados si requieren atención, un esfuerzo continuado y el procesamiento de la información.
El aprendizaje es uno de los factores más importantes que se ven afectados en cuadros de depresión ya que no sólo los adultos padecen depresión. Los niños y los adolescentes pueden sufrir también de depresión. Se puede decir que la depresión es una enfermedad cuando la condición depresiva persiste e interfiere con la habilidad de cumplir funciones en niños, adolescente o de la persona adulta, aquí se ve interferido el aprendizaje ya que si la persona no tiene un correcto desenvolvimiento en su vida, no podrá conformarse en sus esferas vitales como es la del aprendizaje. (A. Ramiro, 2015)
El razonamiento en momentos de depresión, puede llegar a afectar varias esferas del ser humano y una de estas es la del razonamiento que es la capacidad para atender a otros y de la receptividad sensorial, en personas con esa esfera afectada nada capta su atención y puede dejarse ganar por la indolencia lo que conlleva a un desaliño corporal y desorden externo. Esto causa un estado de confusión en donde se ve afectado el razonamiento de la persona ya que por su falta de motivación debido a la depresión, no puede fijarse en aspectos externo y tiende a interpretarlos de manera en la cual se ve afectado por su discapacidad del razonamiento adecuado.
Se localizan varios neurotransmisores relacionados con la aparición y mantenimiento de la depresión, vinculándose cada uno de ellos con un patrón de síntomas. La serotonina juega un papel importante en los síntomas de ansiedad, obsesiones y compulsiones, la pérdida de motivación, la disminución del placer y las deficiencias en el sistema de recompensas serían consecuencia de una mala regulación en la transmisión de dopamina. Y la noradrenalina, sería el neurotransmisor implicado en aspectos como el mantenimiento de la atención o la motivación.
Por todo el sistema nervioso se trasmiten impulsos, señales bioquímicas que trasmiten información del cerebro al cuerpo y viceversa. En el cerebro las neuronas son las responsables de la conducción de los impulsos y su información, trasmitiéndola entre sí, a través de una hendidura existente entre ellas llamada sinapsis o espacio sináptico, por ahí pasa la información en forma de pequeñas moléculas fabricadas de aminoácidos que reciben el nombre de neurotransmisores, por ejemplo: la adrenalina, la noradrenalina y la dopamina.  Cuando una persona está profundamente deprimida, un tipo de sustancias o enzimas predominan para inhibir la producción de los neurotransmisores excitadores del estado de ánimo, por lo tanto este se deprime. Un ejemplo de estas enzimas es la colinesterasa. 
Entonces también, durante la depresión, se presenta un excedente de neurotransmisores depresores del sistema nerviosos, que vienen a suplir a los neurotransmisores excitadores ya inhibidos, estos dos en condiciones normales se transferirían equilibradamente de neurona a neurona a través de la sinapsis, pero, durante la depresión las neuronas mutan tanto su capacidad de producir como de recibir inhibidores, y si la enfermedad no es atendida, la persona se va adquiriendo vulnerabilidad crónica a deprimirse.
Las bases neurobiológicas de la depresión a llevado a su conocimiento a través de la observación de pacientes medicados con un fármaco cuyo nombre es la reserpina con el fin de tratar la hipertensión arterial y esto causaba que los pacientes, los cuales estaban recibiendo la medicación se volvieran de depresivos o presentaran tendencias a la depresión. La reserpina causa en el organismo la reducción o disminución de monoaminas, como la serotonina, noradrenalina y dopamina. Esto condujo a crear hipótesis basadas en las ideas de que las monoaminas podían estar reducidas en la depresión, con lo que los estudios de post mortem de suicidio sustentaron esta creencia que se convirtió en una realidad.
En la década pasada las investigaciones han complicado este cuadro, porque en la actualidad es notorio con base en estudios científicos que existen muchos receptores para las monoaminas y además en la depresión pueden estar afectados receptores específicos para las monoaminas. Además de esta complicación es que no existe una una teoría que respalde la creencia unificadora de la acción de los medicamentos antidepresivos en este tratamiento de la enfermedad de la depresión. Los factores neurotroficos que esto quiere decir, de crecimiento y sostén podrían evidenciar un papel en la respuesta de los medicamentos antidepresivos. Estos factores neurotroficos que se derivan del cerebro han estado sobrerregulados por la medicina contra la depresión, relacionándose e infrarregulandose por el estrés. Ya que su función es la de actuar reforzando el crecimiento y la supervivencia de las neuronas, ya que algún inconveniente o disfunción puede tener una influencia contraproducente sobre los sistemas de monoaminas con el resultado de la perdida de neuronas y con esto obviamente las sinapsis.
La posible participación del estrés en la producción alterada del factor neurotrópico derivado del cerebro es fundamental porque al pasar el tiempo esto resulta más evidente que se regulan la secreción de hormonas por medio de las monoaminas a través del sistema hipotálamo - suprarrenal, ya que una de las anomalías más conocidas de este sistema es el “eje hipotálamo - hipofisiario - suprarrenal, el cual implica que existe un exceso de secreción de la hormona (cortisol), este al ser segregado por las glándulas suprarrenales ya que esto directamente es relacionado con las situaciones de estrés. Ya que al momento que una persona se ve envuelta en una situación en la que incluyen situaciones estresantes, el hipotálamo se ve obligado a segregar la hormona que se llama “corticotrofina”, que esta es estimula la hipófisis para producir adrenocorticotrofina (ACTH), esta circula en la sangre y estimula la glándula suprarrenal para producir cortisol. Las neuronas hipotalámicas son reguladas por neuronas que contienen receptores de noradrenalina en el locus coeruleus. (Wishaw, 2015)
Además de la desregulación de neurotransmisores, determinadas estructuras se hallan implicadas en la depresión, entre estas están: el hipocampo que está asociado al deterioro de la memoria, el córtex cingulado anterior implicado en la modulación del comportamiento emocional, o el factor neurotrófico derivado del cerebro del suero, cuya concentración desciende en respuesta al estrés y a la depresión .
Corteza prefrontal situado en la parte frontal del cerebro en esta región interviene en el razonamiento complejo, la toma de decisiones, la personalidad y el comportamiento social. Algunos estudios han encontrado cambios en la estructura de la corteza pre frontal en personas con depresión, los ganglios basales es un grupo de células nerviosas del interior de la corteza del cerebro que están conectadas con las estructuras más cercanas a la superficie, ayudan a facilitar el movimiento, en la memorización, el pensamiento y las emociones. Existen cambios estructurales en los ganglios basales en personas deprimidas.
El hipocampo es del sistema límbico y tiene un papel central en la memoria a largo plazo y en el recuerdo, s la parte del cerebro que registra el temor o una amenaza, el recuerdo de una mala experiencia que puede hacer que el mismo temor reaparezca más adelante. El hipocampo es más pequeño en algunas personas con depresión, y los estudios sugieren que una exposición permanente a las hormonas del estrés afecta el crecimiento de las células nerviosas en esa parte del cerebro.
Amígdala forma parte del sistema límbico un conjunto de estructuras profundas en el cerebro, asociadas con emociones como la ira, el placer, la tristeza, el miedo y la excitación sexual. La amígdala se activa cuando una persona rememora sucesos con carga emocional, como una situación aterradora, la actividad en la amígdala es mayor cuando una persona esta triste o deprimida, este incremento de la actividad permanece incluso después de haberse recuperado de la depresión.
El tálamo recibe la mayor parte de la información sensorial y la transmite a las estructuras cerebrales que dirigen funciones de alto nivel como el habla, el comportamiento, el movimiento, el pensamiento y el aprendizaje. Algunas investigaciones sugieren que el trastorno bipolar puede deberse a problemas en el tálamo, que ayuda a vincular la información sensorial con los sentimientos de placer y displacer.



La depresión en la adultez.
La depresión es un trastorno del etapa de ánimo, que es caracterizado por varios cambios como ya se mencionó en el estado de ánimo, lo que genera un grado de tristeza muy grande y perdida de interés que puede durar varias semanas y suele durar en varios casos más de dos semanas, para posteriormente agravar el estado de gravedad de la enfermedad, algunos de los síntomas son los de la alteración del apetito, con pérdida o aumento de peso, en varios casos puede aumentar o disminuir el apetito, la alteración en el estado de sueño con pérdida o aumento de igual manera, cansancio y sensación de agotamiento y aturdimiento, en los casos de gravedad considerable los pensamientos recurrentes de muerte altos. En los estados depresivos o en la depresión existen varios tipos que van de ligera a grave y pueden durar hasta 6 meses. Una parte de la población de 3 de cada 10 personas han pasado por síntomas depresivos de consideración médica.
El instituto mental de la salud (2014) se ven los hombres y las mujeres afectados por el mismo grado en mujeres y hombres, pero las mujeres son más propensas a ser diagnosticadas en un año en específico, debido a su facilidad de expresar de mejor las emociones. Se están examinando varios factores biológicos y sociales, estos son exclusivos en las mujeres, los hombres suelen experimentar de manera diferente sus estados depresivos, es más común que los hombres mueran por suicidio. Las personas de entre 40 y 45 años son las más propensas a sufrir depresión. Así lo sostiene un nuevo estudio mundial, en el que se analizaron datos sobre trastornos de ansiedad, de ánimo y enfermedades mentales, así como los niveles de bienestar y felicidad de dos millones de personas en 80 países. Una de las posibilidades puede ser que las personas se dan cuenta a mediana edad de que no han logrado algunas de las aspiraciones que se habían propuesto. "esto sucede más allá de los sexos, del estado civil, la condición social y económica. La asociación argentina de salud mental (AASM) sostuvo que los síntomas de trastornos de depresión suelen coincidir con una época de balance en la vida. "Alrededor de los 40 años es la etapa de la crisis existencial, en la que se replantea qué es lo que uno hizo hasta ahora. Por supuesto, que también dependerá de la constitucionalidad de cada individuo y de la respuesta neurobiológica para poder afrontarlo". La depresión es un trastorno del cerebro. Existen muchas causas, incluyendo factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos. La depresión puede comenzar a cualquier edad, pero suele empezar en la juventud o en adultos jóvenes.
En el comienzo de la edad adulta se van a producir cambios y acontecimientos que crean incertidumbre y tensiones hasta que el sujeto los controla. Estos cambios, base de la responsabilidad que va adquiriendo el sujeto, son el matrimonio, paternidad, trabajo, y todos aquellos hechos relacionados con la edad, pero que cambian según el momento histórico, económico y político que a cada uno le toca vivir.  La madurez psicológica puede depender de logros como el descubrimiento de la propia identidad, la independencia de los padres, el desarrollo de un sistema de valores y el establecimiento de relaciones.
Algunos psicólogos sugieren que el inicio de la adultez no está indicado por criterios externos, sino por indicadores internos como el sentido de autonomía, autocontrol, y responsabilidad personal, que es más un estado mental que un evento discreto, desde este punto de vista algunas personas nunca llegan a ser adultas, sin que importe su edad cronológica. (Profeli, 2015)
En pacientes con enfermedades físicas la depresión puede estar asociada accidentalmente, ser una complicación de la propia enfermedad física o bien causar o exacerbar síntomas somáticos tales como fatiga, malestar o dolor. El termino depresión describe un espectro de alteraciones de la afectividad que pueden ir de moderadas a severas o bien de transitorias a persistentes. Los síntomas depresivos son continuamente observados en cualquier población pero deben de ser considerados clínicamente cuando estos síntomas interfieren con actividades de la vida diaria y persisten por más de dos semanas. En éste caso el diagnóstico de enfermedad o desorden depresivo puede realizarse. El diagnóstico depende principalmente de la presencia de dos síntomas cardinales: disminución persistente del humor o afectividad y pérdida de interés o placer en actividades usuales 
 Es mucho más común en las mujeres, las mujeres también pueden tener depresión posparto después de dar a luz. Algunas personas tienen un trastorno afectivo estacional en el invierno. La depresión es una parte del trastorno bipolar. Conocida en sus inicios con el nombre de melancolía, la depresión aparece descrita o referenciada en numerosos escritos y tratados médicos de la Antigüedad. Hasta el nacimiento de la psiquiatría moderna, su origen y sus tratamientos alternan entre la magia y una terapia ambientalista, pero con el advenimiento de la controversia de la psiquiátrica y el despegue de la psicofarmacología, pasa a ser descrita como acaso una enfermedad más. Su alta prevalencia y su relación con la esfera emocional la han convertido, a lo largo de la historia, en frecuente recurso artístico e incluso en bandera de movimientos culturales como el romanticismo. Las cifras de prevalencia de la depresión varían dependiendo de los estudios, en función de la inclusión tan sólo de trastornos depresivos mayores o de otros tipos de trastornos depresivos. En general, se suelen recoger cifras de prevalencia en países occidentales de aproximadamente tres por ciento en la población.
Ciertas afecciones médicas que son comunes en los adultos mayores, como la cardiopatía, la artritis y la presión arterial elevada, a menudo afectan el tratamiento contra el cáncer y la recuperación. Otro factor a tener en cuenta son las cuestiones prácticas y emocionales. Por ejemplo, los individuos más viejos pueden depender de otros para el transporte y el acceso al tratamiento. Esta dependencia puede demorar o interrumpir el tratamiento. Cada adulto mayor con cáncer se enfrenta a desafíos distintos, por lo que es necesario que ellos y las personas que ayudan a cuidarlos comuniquen con claridad cualquier pregunta o inquietud a su equipo de atención médica. Anticipar los desafíos puede ayudar a evitar o reducir los riesgos a la salud y el bienestar de un adulto mayor y minimizar el estrés asociado con el diagnóstico de cáncer.
La depresión en el Ámbito laboral.
Si bien la atención médica es fundamental para las personas con cáncer, muchas veces es igual de importante que dichas personas sigan viviendo su vida dentro de la mayor normalidad posible con el fin de recuperarse. Esto significa ir a trabajar y participar en las mismas actividades en las que participaban antes del diagnóstico. Cuándo y cómo hablar con el jefe, y qué decirle sobre su diagnóstico de cáncer y el tratamiento del mismo, son decisiones personales. Si decide compartirle detalles a su patrón o supervisor, esté listo para hablar sobre cómo el tratamiento le afectará en el trabajo y sobre qué medidas especiales inclusive tiempo libre que necesitará. La persona con cáncer puede toparse con problemas tales como ser despedida, la negativa a ser contratada, la degradación en el cargo, la denegación de un ascenso, la denegación de prestaciones, recibir una transferencia indeseada y hostilidad por parte de los compañeros de trabajo. A veces a los sobrevivientes al cáncer los tratan de manera injusta por lo que todavía hay personas que creen en esos mitos de antaño que ponen en tela de juicio la capacidad de trabajo del paciente.
Además de ser una fuente vital de ingresos y, frecuentemente, el medio para obtener la cobertura médica, puede ser también, para muchas pacientes, un recurso significativo de soporte social, de autoestima y una distracción de la enfermedad durante los tratamientos médicos. Sin embargo, algunas pacientes precisan ausentarse y tomar las licencias permitidas por el impacto que provocan en ellas los efectos adversos de los tratamientos. Esto muchas veces genera miedos a la pérdida o al desplazamiento del puesto de trabajo. Ello se debe a que los períodos de no concurrencia pueden ser relativamente prolongados, dependiendo del tipo de tratamiento oncológico indicado y de la gravedad de la condición de las pacientes. Algunas mujeres cuyos trabajos lo propician, eligen continuar trabajando desde sus hogares mientras recobran su energía y bienestar luego de las aplicaciones y prácticas médicas.
Algunos eventos que causan mucho estrés, como un divorcio o la muerte de un ser querido, pueden aumentar ligeramente los factores de riesgo de desarrollar la enfermedad. Además, la pobreza está asociada con un mayor riesgo de cáncer, pero puede que este riesgo se relacione más con comportamientos de salud y con un acceso insuficiente de atención médica que a la pobreza en sí. Muchos estudios han mostrado que las personas que están aisladas socialmente tienen más probabilidad de morir de todas las causas, incluyendo cáncer.
El trabajador con cáncer es afectado debido a que cada persona tiene su propia manera de hacerle frente al cáncer y a su tratamiento, es normal sentirse triste sobre los cambios que surgen como consecuencia del diagnóstico del cáncer. La persona con cáncer puede pasar por algunos de estos frecuentes cambios emocionales y de humor a diario, o incluso, cada hora. Una persona con cáncer puede presentar cualquiera o todas las siguientes emociones y pensamientos: (Incertidumbre, enojo, sentimiento de pérdida de control, tristeza, temor, culpabilidad, frustración, cambios de humor, sentimientos más fuertes o más intensos, un sentimiento de estar desconectado o aislado de los demás, soledad, resentimiento y aflicción).
Con el paso del tiempo, la persona puede descubrir algunos cambios positivos:
Un mayor sentido de capacidad de recuperación o fortaleza, paz, o una sensación de tranquilidad, una idea más clara de sus prioridades en la vida, una apreciación mayor de su calidad de vida y de las personas que quiere. El cáncer puede ser muy impredecible, porque alguien con cáncer puede sentirse muy bien un día y terriblemente al día siguiente. Se puede esperar que su compañero de trabajo tenga días buenos y días malos y aprender a vivir con la incertidumbre es parte de aprender a vivir con el cáncer, tanto para el paciente como para los que le rodean. Podrá haber momentos en que la incertidumbre y el miedo provoquen que la persona con cáncer se sienta alterada, deprimida o encerrado en sí misma. Esto es normal y una parte del proceso de aflicción por lo perdido a causa del cáncer (cosas como salud, energía, tiempo). La mayoría de las personas se puede ajustar lentamente a la nueva realidad de su vida y seguir adelante. Algunas pueden necesitar la ayuda adicional de un grupo de apoyo o de un profesional de la salud mental para aprender a lidiar con los cambios que el cáncer ha traído a sus vidas. 
En varias ocasiones existe discriminación en el área laboral ya que las emociones positivas como la alegría, la felicidad, y el optimismo tienden a estimular la función del sistema inmunológico, mientras que las emociones negativas como la depresión, la tristeza y el pesimismo tienden a debilitar la función inmunológica. Cuando el cáncer ocasiona discriminación en el lugar de trabajo. Un diagnóstico de cáncer puede afectar la vida laboral de una persona de diversas maneras. Su decisión respecto a trabajar durante y después del tratamiento del cáncer depende de sus recursos financieros, el tipo de trabajo que realiza y las exigencias de su tratamiento y recuperación. Muchas personas son capaces de continuar trabajando durante el tratamiento del cáncer. Otros dejan sus trabajos y regresan después de que finaliza el tratamiento activo del cáncer. Es posible que las personas que trabajan durante el tratamiento, o que regresan a trabajar después de este, enfrenten una discriminación evidente o sutil en el lugar del trabajo. Por ejemplo, algunos empleadores y colegas pueden asumir que una persona será menos productiva o que su rendimiento decaerá por debajo de las expectativas de la empresa. (Pharm, 2016)
Es importante que una persona con cáncer realice una actividad laboral porque con frecuencia enfrentarse al cáncer trae consigo una percepción más fuerte de la importancia del trabajo en la vida de la persona. El trabajo puede reforzar la auto-imagen y ayuda a la persona a enfocarse en lo que pueden hacer y no en su enfermedad. Puede ser un escape, lejos del mundo médico, y puede ayudar a la persona a balancear su sentimiento de estar fuera de control. Además el trabajo es una fuente de estabilidad porque conlleva una rutina conocida. El trabajo también le proporciona el contacto con más personas, el cáncer puede ser extremadamente aislante, y estar con más gente puede ser de gran ayuda. Puede ser muy importante para su compañero asistir al trabajo lo más que pueda y ser lo más productivo posible. Los asuntos financieros y de seguro médico pueden también afectar la decisión de trabajar durante el tratamiento.
Volver a trabajar después de un cáncer es un importante factor de recuperación tanto física como emocional para muchos pacientes. Los problemas para reincorporarse al mercado laboral, la depresión, la fatiga física, la incapacidad para volver a desarrollar ciertas tareas o incluso la carga económica que supone la enfermedad para una familia son aspectos que no se han estudiado en profundidad hasta el momento. Un trabajo aborda la cuestión repasando la literatura existente. Científicos de la Universidad de Colorado (Estados Unidos), dirigidos por el doctor John Steiner, han repasado 18 trabajos publicados sobre este tema y han llegado a la conclusión de que hace falta seguir estudiando. "A pesar de la importancia, el impacto del cáncer en la vida laboral de los pacientes se ha estudiado con poca frecuencia y con criterios metodológicos muy limitados", critican.
Según se puede leer en la revista 'Jounal of the National Cancer Institute', a medida que la supervivencia de los pacientes con cáncer se va prolongando, evaluar el impacto de los tratamientos y la enfermedad en la vida social, laboral y familiar de los enfermos es fundamental".  En tanto que el trabajo implica numerosos factores físicos, mentales, cognitivos, sociales y económicos, apuntan además, las intervenciones para mejorar la funcionalidad de estos sujetos es fundamental, aseguran los autores del documento.
En la rehabilitación física y psicológica, los especialistas consideran que deberían aumentarse los esfuerzos dedicados a identificar los principales problemas que impiden una óptima reincorporación al trabajo después de un diagnóstico de cáncer. Las intervenciones que sugieren el doctor Steiner y su equipo son, entre otras, minimizar los efectos secundarios derivados de los tratamientos y que posteriormente dificultan el restablecimiento de los pacientes en su vida cotidiana, o reducir los 'efectos colaterales' de la enfermedad como la fatiga o la depresión. A su juicio es fundamental que se lleven a cabo programas de rehabilitación física y psicológica, pero también de reestructuración del entorno laboral si fuese necesario.
El estudio coincide con otros ya publicados en que la reincorporación al trabajo de forma normal después del cáncer es deseable desde el punto de vista social y económico, tanto para mejorar la autoestima de los pacientes como su calidad de vida. Aunque también contemplan la posibilidad de que la enfermedad actúe como revulsivo, haciendo que muchos sujetos se replanteen la vuelta a su anterior puesto de trabajo.  La vida laboral después de un cáncer debe contemplarse en el contexto de las prioridades y valores de cada individuo, no sólo como una cuestión social y económica, apuntan para terminar.  Se emitía un manifiesto en el que incidía en la importancia de los problemas socio laborales derivados de la enfermedad: Las mujeres afectadas formamos parte de esta sociedad como empleadas, profesionales, amas de casa, empresarias, funcionarias, trabajadoras.
Algunas personas con cáncer se enfrentan a obstáculos cuando tratan de volver al trabajo o de obtener un trabajo nuevo. Incluso las personas que tuvieron cáncer hace muchos años todavía pueden tener dificultad. Las empresas pueden no tratarles correctamente debido a creencias falsas acerca del cáncer por ejemplo, un empleador puede creer que el cáncer se puede transmitir de una persona a otra o que las personas con cáncer se toman demasiados días de permiso por enfermedad, algunos piensan también que las personas con cáncer son un riesgo de seguro para la compañía. Es ilegal discriminar (tratar injustamente) a trabajadores que tienen discapacidades como el cáncer. Hay leyes nacionales que protegen los derechos de usted como trabajador. Y si está buscando un trabajo nuevo, no tiene obligación legal de hablar acerca de sus antecedentes de cáncer a menos que su estado de salud pasado tenga un impacto directo en el trabajo que busca.

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